Revista Psicología

Educando con inteligencia emocional

Por J.k. Pérez

 

“Dominar el mundo emocional es especialmente difícil porque estas habilidades deben ejercitarse en aquellos momentos en que las personas se encuentran en peores condiciones para asimilar información y aprender hábitos de respuesta nuevos, es decir, cuando tienen problemas.”

―Daniel Goleman

Esta semana abordare un tema que ha hecho que todas las personas que trabajamos con personas enfoquemos nuestra atención en no sólo prestar atención a un tipo de inteligencia, es decir, la intelectual, que creíamos que definía nuestro rendimiento y capacidades, pero, ahora debido a diversas estudios sobre  el aprendizaje se ha encontrado que si se educa considerando las emociones de los alumnos podemos lograr un aprendizaje  significativo y que va a tener un mayor impacto cuando tenga que hacer uso de ese conocimiento.

Les haré una pregunta, ¿Cómo te sientes? Detente, ¿Cuál es tu respuesta?.

como estás... bien

Analicemos lo que las personas comúnmente respondemos ante esta simple pregunta. “Estoy bien”, “estoy descansando”, “estoy en mi casa”, “Nada”, “Déjame”,  la mayoría de ellas reflejan que desconocen lo que se pregunta o la evaden, ya que es muy claro lo que se pregunta, que es acerca de mi estado emocional reciente, no por lo que hago, ni en donde estoy, ni lo que quiero que hagan por mí, sino, acerca de mis emociones y sentimientos.

Cuantas veces no hemos aplicado esta respuesta, “estoy bien”, “me siento mal”, “no sé que tengo”, dejando con más dudas a la persona con la que charlamos o nos estamos escribiendo, ya que para alguien que no sabe ver, es complicado que pueda ver lo que está ante ella y esto mismo sucede con la identificación de las emociones, por lo que debemos de aprender a identificarlas y llamarlas por su nombre. Se conocen como  seis emociones básicas, las cuales son : enojo, tristeza, alegría, asco, miedo y suspenso, que experimentamos todo ser vivo, pero, los humanos podemos generar  otras emociones que se conocen como secundarias, las cuales se encuentran en la parte del centro de la flor.

Emociones_secundarias

Nuestro cerebro responde diferente a los diversos eventos diarios, liberando algunas sustancias que nos ayudan a tener una respuesta emocional acorde a lo que experimentamos y si esa sensación persistente, nos puede llevar a  un sentimiento que puede mantenerse, disminuir o eliminarse.

Los bebés aprenden a responder en medida de lo que los papás les van enseñando a dar significado a los eventos diarios, cuando se cae el bebé, cuando  no se le puede alimentar en ese momento, cuando está enfermo, no puede dormir, etc., aprendiendo a utilizar sus emociones para que sus cuidadores detecten  sus necesidades y así vamos creciendo, relacionando nuestras acciones con el mundo de nuestras emociones, volviéndose  complejo nuestro comportamiento cuando añadimos nuestros pensamientos a la ecuación de nuestros actos.

Podemos encontrar justificaciones variadas para evitar caer en el rotulo de “mal padre o madre” cuando su hijo empieza a llorar, hace un berrinche, realiza acciones sin permiso, pero, deje de mirar y pensar en  un momento en los demás y centre su concentración en su hijo (a), déjelo que explore su entorno y si hay un peligro, advertirle que no se acerque a determinado lugar o aparato y acompañarlo.

Si su hijo (a) se cae, está enfermo, está inquieto, déjelo que exprese lo que siente, no hay maneras erróneas ni correctas para expresarse, pero, necesita de su paciencia, comprensión, amor y compañía para reconocer como se siente y poder manejar  esa situación.

¿Cómo podemos apoyar a desarrollar las emociones de niños y adolescentes?

  1. Ayuda a identificar sus emociones.
  1. Comprende lo que pasa, conoce las razones de lo que está sucediendo.
  1. Apoya y/o enseña  a expresar y usar las emociones de manera positiva.
  1. Enseña alternativas para solucionar conflictos cuando no puedan resolverlos por sí mismos, sin imponer.
  1. Da amor, comprensión y empatía a sus emociones.

El conocimiento nos hace llevar luz a donde hay oscuridad y si hay alguna emoción que no te agrada sentirla, analiza en que situaciones las experimentas, como también tus respuestas ante esas sensaciones, ¿son gratas o desagradables, te ayudan a estar bien contigo y los demás?. Esta tarea te la dejo, llama a tus emociones por su nombre, analiza cómo estas actualmente y algo no está funcionando como quisieras, si deseas sentirte de otra manera, puedes lograrlo si te propones darte un tiempo para conocerte e invertir en ti.

Papás no olviden que son  ejemplo de aprendizaje de sus hijos, que una fuente importante de conocimientos son ustedes, no sólo los maestros y amigos, por lo que dense su tiempo para valorar ¿que están transmitiendo y como lo hacen?.

Chicos (as)adolescentes,  un mal momento te puede traer muchos aprendizajes, a veces la vida te lleva a aprender de manera rápida y grotesca que las cosas pueden ser mejor de lo que pensamos sino ponemos fecha de caducidad para nuestros sueños, nos bañamos y repelemos las sensaciones negativas, como también si nos alejamos de las relaciones conflictivas.

Explora tus posibilidades de crecimiento, cuídate, los momentos pasan y no se vuelven a repetir jamás.

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Si tienes alguna sugerencia o comentario sobre este artículo, espero que me lo puedas hacer notar, nos leemos pronto, si te agrado la lectura compártela en tus redes sociales.

Psic. Ana Cristina Díaz Garrido

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