Educar a los niños comiendo

 La aportación adecuada de nutrientes en el niño es un factor decisivo para conseguir un estado de salud y ritmo de crecimiento óptimos. A la vez, representa un papel muy importante para prevenir enfermedades en la edad adulta.  La alimentación va más allá del simple hecho de comer, debemos considerar los aspectos que giran en su entorno cómo la familia u amigos. 
 Para realizar una buena introducción de los alimentos, debemos tener en cuenta las siguientes pautas:
1.Presentación adecuada: variedad de colores en los platos para hacerlos más atractivos, mínimo tres colores. Así mismo con la forma y la textura realizando purés, sopas, estofados, croquetas, tortillas, triturados, hamburguesas, etc. Evitar fritos y rebozados. Utilizar distintas técnicas culinarias i preparaciones en crudo o hervido para que experimenten con la comida.
2.Evitar el rechazo o aversiones de los alimentos:-Enmascarar los alimentos con otros que les gusten: verdura con bechamel, puré de legumbres con verduras, albóndigas de pescado, etc.-Repetir mínimo 10 veces la introducción del alimento.-No asociar una expresión facial del niño con la no aceptación del alimento.-No utilizar los alimentos como castigos o premios.-No crear situaciones conflictivas obligando a comer-Sólo prohibir alimentos en caso de alergias o intolerancias alimentarias.  

3.Dieta variada y completa:-Realizar la compra juntamente con los niños en el mercado para que conozcan la variedad de alimentos.-Estimularlos colaborando en las distintas elaboraciones de platos y recetas tradicionales.-Colaborar en la realización de menús semanales, poner la mesa, etc.-No potenciar sólo los alimentos que les gusten.-Combinar y distribuir las distintas comidas teniendo en cuenta el menú del colegio.
   4.Entorno agradable:-Comer es un placer, no un castigo.-Establecer rutinas y hábitos alimentarios.-Evitar distracciones como el televisor, juegos, etc. -Realizar las comidas en familia para conseguir una situación de afecto y amor. -Introducción de los alimentos progresivamente. -No picar entre horas.-Tener sensación de hambre antes de la comida. Si un día el niño no quiere comer, no forzarlo porque quizá está enfermo o cansado.-Realizar comidas mínimo de 20 minutos y máximo de 40 minutos. Si es lento comiendo llenarle menos el plato y que pida más si tiene más hambre.
Tener en cuenta que los padres son la figura referente de los niños. En los primeros años de vida tienen una gran capacidad de aprendizaje y de imitación, por lo tanto, son decisivos para transmitir buenos hábitos alimentarios. A la hora de introducir alimentos realizan un papel importantísimo. Si los pequeños observan a los padres comiendo fruta y verdura, conscientemente o inconscientemente, ellos también lo harán. La familia marca el tipo de comida y los hábitos alimentarios. Así como si hay presión en las comidas, negación para comer o lentitud.
Evidentemente, el ritmo de los adultos hoy en día genera en muchas ocasiones la falta de tiempo para cocinar y se recurre a platos preparados, generalmente con elevado contenido energético y nutricionalmente desequilibrados. ¡Hay muchas formas de cocinar rápidas y agradables al paladar! Esto puede repercutir a los principales problemas de alimentación del niño: caries dental, anemia por déficit de hierro, déficit de vitaminas, etc.
Las comidas deben estar compuestas por:-Farináceos, de los cuales obtenemos energía: cereales (arroz, pasta, harina), legumbres y tubérculos. Deben estar presentes en cada comida. -Fruta, verduras, hortalizas y setas, contienen fibra, vitaminas y minerales. Mínimo comer dos veces al día, una de ellas en crudo (en forma de ensalada como plato principal o guarnición).-Leche y derivados, ricos en calcio. Mínimo un vaso de leche o de bebidas vegetales y dos yogures al día. -Alternar la carne, el pescado azul y blanco, el marisco y los huevos en las distintas comidas. -Beber principalmente agua, de 4 a 8 vasos de agua diarios. -Cocinar y aliñar con aceite de oliva.
Evitar caer en los errores más frecuentes y comunes que realizamos en la alimentación:-No dejar de lado los alimentos más necesarios como la verdura, la fruta, las legumbres y los cereales debido a la gran oferta de productos alimentarios. -No confundir el comer bien en comer mucho. Normalmente a los padres les satisface mucho ver los niños comiendo. Vigilar cuando se felicite a los niños por comer, que luego no coman más para gustar.-Situaciones de tensión o de distracción en las comidas hacen que los niños coman con desdén o sin ningún tipo de interés.-No hay alimentos ni buenos ni malos, todo depende en la medida que se tomen.-Vigilar con los mensajes publicitarios que pueden resultar engañosos o crear confusión.-Evitar dar excesiva importancia al físico para no obsesionar a los pequeños.-No saltarse comidas, sobretodo el almuerzo. -Evitar el acceso de azúcares, grasas y proteínas animales. Potenciar los hidratos de carbono complejos. -Evitar el acceso de sal. Utilizar sal yodada. -No utilizar alimentos para recompensar actitudes o calmar disgustos. -No forzar a comer a los pequeños.-Comer sin prisa y masticando bien. -Evitar el sedentarismo y realizar ejercicio físico. -No variar la alimentación y el tiempo que se dedica en cocinar.-Procurar realizar actividades tranquilas después de las comidas para facilitar la digestión.-Los baños de los niños con agua fría deben realizarse dos horas después de las comidas, una vez terminada la digestión.-En todo momento, dar ejemplo.
El establecimiento de unos hábitos alimenticios adecuados no es sólo recomendable, sino necesario. Comer bien es sinónimo muchas veces de costumbres familiares y no de una alimentación sana y adecuada para el niño. La adquisición de buenos hábitos requiere por parte del adulto la aplicación de unas “reglas” consistentes, claras y adecuadas a la edad del niño. Sobre todo hay que saber detectar los problemas a tiempo, conocer las variables que están incidiendo y poder aplicar técnicas para resolverlos y evitar que deriven en algún trastorno de mayor gravedad.