Educar para la empresa

Es habitual que en las empresas hablemos siempre de Formación y ésta se refiera a  la transmisión de Conocimientos y Aptitudes, pero es difícil encontrar empresas que hablen también de Valores y Costumbres, que en definitiva  junto a lo anterior conforman lo que se define como Educación. Este país tiene graves carencias en este campo porque parece que se considere que este tipo de aspectos forman parte de la vida privada o son códigos de conducta que cualquier individuo desarrolla de manera innata con mayor o menor intensidad.

Estoy totalmente en desacuerdo. Pienso que hemos de preparar a los jóvenes para el mundo de la empresa, para el mundo profesional de una manera intensiva y extensiva en aspectos como: Razonamiento (cuestionarse siempre las cosas), Memorización (la práctica del mejor Método), Respeto (hacia uno mismo y hacia los demás), Disciplina (muy ligada a lo anterior) y Exito (hay que cumplir con los objetivos). De hecho son conceptos que entiendo deberían formar parte de cualquier manual del educando.

La empresa no es diferente, al final es la vida real, es el medio que nos permite evolucionar como personas, tanto en lo intelectual, como en lo social, como en lo económico. Y es aplicable tanto para el que ve la empresa como creación (emprendedor) como el que la ve como desarrollo (empleado). Uno observa el comportamiento de otros paises, de otras sociedades ante la crisis, y se da perfecta cuenta que al margen de la preparación, la diferencia estriba en la Educación , en ese estrato de base que hace que las personas sean fuertes mentalmente y solidarias ante situaciones de extrema dificultad. Esto aqui por desgracia no ocurre.

Esta es una reflexión que viene a cuento de la complicada situación de nuestro país. Cuando oigo hablar de “generación perdida”, concepto posiblemente muy extremista pero cercano a la realidad, pienso en cómo podemos evitar que no se “pierdan” más  generaciones por el camino, y el camino de la EDUCACIÓN es fundamental, más diría yo, creo que es el único camino. Alberto Trallero - Optima Management