Revista Música
Opositando a clásico contemporáneo
Mr. E ha vuelto. No ha pasado ni un año desde Hombre lobo y saca de la manga End times. Se habla de que es resultado de la ruptura sentimental con su pareja que le llevó a un encierro cuyo fruto creativo ha sido este disco. Lo que Everett haga me lo compro. Lo deje su novia, se case, se caiga por la escalera o se haga vegetariano. ¿Qué más me da? Tiene la fiabilidad de un reloj suizo.
End times es ante todo una gran colección de canciones que, al igual que en su predecesor, tocan todos los palos, pero con un giro de tuerca todavía más melancólico si cabe. Hay más dolor, más sombras, más tristeza. Las ‘lentas’ consiguen emocionar de forma sublime y alcanzan importantes cotas evocadoras, pero también las guitarreras funcionan de maravilla (Gone man es el mejor ejemplo). Me sobrecogen especialmente A line in de dirt (gallina en piel) y I need a mother. El single Little bird es resultón, aunque está lejos de ser la mejor del disco.
Quizá la pega sea la duración. Un poco más de concreción hubiera propiciado un resultado más redondo (si cabe). La edición especial merece la pena, aunque tampoco es para echar cohetes. No comprendo cómo ha podido dejar The man who didn’t know he’d lost his mind (temón impresionante) fuera de la edición normal. Con todo y con esto, 100% recomendable. Si no lo conoces, ya estás tardando. Y si lo conoces y no has oído este, también.
Puedes escucharlo en spotify.