Yemen se ha convertido, de unos años a esta parte, en cuna del integrismo islámico más radical- si es que hay un integrismo que no sea radical. Al Qaeda ha extendido sus tentáculos en uno de los países árabes más inestables y ha sembrado el país con sus campos de entrenamiento donde terroristas de todo el mundo acuden en masa para recibir clases teóricas y prácticas sobre fabricación de bombas, manejo de armas, etc. Conocimientos que pondrán en práctica, en forma de atentados, por todo el mundo.
Este pequeño país árabe- por cierto que es el más pobre de la región- está situado debajo de Arabia Saudita y frente a las costas de Somalia, lo que lo convierte en una posición estratégica muy golosa para Al Qaeda- que quiere intensificar su presencia en la zona- y para Estados Unidos que desea controlar la entrada al Golfo Pérsico- las mayores reservas petrolíferas del mundo. Yemen- el país donde nació Osama Bin Laden- es la patria de miles de combatientes musulmanes que se refugiaron en el país después de luchar en la década de los 80 contra la extinta Unión Soviética en Afganistán. El Gobierno yemení, junto con el visto bueno de Estados Unidos, acogió con los brazos abiertos a los muyahidines.
Pero aquella entrada masiva de excombatientes fue el germen que ha acabado floreciendo en 2000 con un ataque suicida al destructor estadounidense Cole en el puerto de Yemen y que acabó con la vida de 17 marines norteamericanos. Una década después Yemen se une al triángulo del mal formado por Irak y Afganistán / Pakistán desde donde Al Qaeda prepara sus atentados.
Estados Unidos se enfrenta, en 2010, a un nuevo frente e invertirá más de 48 millones de euros para acabar, de raíz, con la semilla del integrismo que ha germinado en Yemen en forma de terrorismo. Barack Obama- con el nobel de la paz bien guardadito- ha fijado en Yemen su próximo teatro de operaciones y no ha descartado una intervención terrestre para sacar de sus madrigueras a los integristas. Obama promete “mano dura contra los terroristas de Yemen” cuando tiene dos guerras interminables aún abiertas y que no tienen visos de terminar en 2010.
“En medio de dos guerras inconclusas, Estados Unidos ha abierto silenciosamente un tercer frente, en gran medida clandestino, contra Al Qaeda en Yemen”, afirma el New York Times.
El gobierno de Yemen ha emprendido una guerra en cubierta contra los miembros de Al Qaeda y en los últimos meses ha intensificado- con el beneplácito de Estados Unidos- los ataques aéreos y terrestres contra los terroristas de Al Qaeda acabando con 50 de ellos, afirma The Washington Post.
Obama tiene un dilema encima de la mesa. Con más de 70.000 soldados desplegados en Afganistán; y otros 120.000 en Irak; abrir un nuevo frente en Yemen supondría destinar más tropas, material e invertir más dinero para que continué alimentándose la maquinaria de la guerra. Irak es un tema cerrado pero Afganistán hace aguas por todas partes y la llegada de 30.000 nuevos efectivos antes de primavera son un parche para acabar con una guerra donde Estados Unidos ha perdido la iniciativa y va a remolque de los talibán. Yemen… una nueva guerra para un nuevo año donde Estados Unidos deberá cerrar dos guerras aún inconclusas.
Pero todo sea por la seguridad. “Esto representaría un incremento significativo de las actividades en la Península Arábiga y el surgimiento de una nueva amenaza para Estados Unidos, Oriente Medio y el Cuerno de África” afirma The Washington Post. Que aporta desvela que los mejores agentes antiterroristas de la CIA viajaron hace un año al país árabe; además comandos especiales estadounidenses comenzaron con la formación de las fuerzas de seguridad yemeníes en tácticas antiterroristas y el Pentágono incrementó de forma sustancial su ayuda militar al país, añade el rotativo.
La información sale a la luz después del intento fallido de atentado contra un avión que tenía como destino final la ciudad de Detroit. El presunto terrorista aseguró haber sido formado por miembros de Al Qaeda en Yemen, donde consiguió el material necesario para poder perpetrar un nuevo atentado en suelo norteamericano.
Detrás del joven nigeriano estaría el clérigo radical Anwar al Awlaki- una de las figuras claves del terrorismo integrista en Yemen. Awlaki sería el instigador, según sospechan las autoridades de Estados Unidos, de la matanza de 13 soldados en la base texana de Fort Hood, donde un oficial estadounidense disparó contra sus compañeros. El autor de la matanza mantenía contacto vía e-mail con el clérigo radical.
La amenaza terrorista se cierne, nuevamente, sobre el mundo.