→ Músculos. Al hablar de masajes y músculos siempre salen a relucir dos palabras: tensión y descarga. El músculo está fatigado, contracturado, tenso, agarrotado o expresiones similares. Son expresiones correctas, pero muy generales y poco fisiológicas. A fin de cuentas, un gran porcentaje de los problemas musculares se reducen a lo mismo, sin importar la forma patológica que tomen (tendinitis, contracturas, el simple cansancio…). La base de estas alteraciones es la isquemia y el descenso del metabolismo celular.
La isquemia es, sencillamente, un tráfico sanguíneo insuficiente a nivel celular que provoca falta de oxígeno (hipoxia), falta de nutrientes, y acumulación de toxinas y sustancias de desecho que deberían haberse movido a otro lugar. Sin los nutrientes adecuados las células no pueden realizar sus funciones. El magnesio es imprescindible para que los músculos se relajen, y el déficit de varios otros minerales hace imposible que las fibras vuelvan a su posición de descanso.
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