Revista Arquitectura
Nuestro primer hotel del viaje, fue un gran descubrimiento, y un autentico lugar de ensueño donde pararse a hacer noche en Letonia.
Habíamos buscado mucha información de hoteles con encanto dentro del Parque Nacional de Gaujas de Letonia, donde los destinos habituales son Cesis, Sigulda o Turaida, pero por haber organizado el viaje muy tarde, estaba ya todo reservado. Agosto es temporada alta en esta zona del país.
Por tanto tuvimos que arriesgarnos con un hotel que no estaba muy puntuado en Booking (nuestra web de reservas en este viaje, porque permite reserva cama sin pagar nada por adelantado, y eso nos parecía una ventaja interesante) pero que parecia agradable, er ael Hotel Eglaines. Quizás por ello nuestra sorpresa fue mejor cuando al llegar a Karli (imag01), que más que pueblo es una agrupación de casas, nos dimos cuenta que era el menos anunciado, y estaba situado fuera del mapa hacia el Norte según indicaciones de una mujer local.
Allí que fuimos, y alli que nos encontramos no con pocos problemas de orientación, con esta casa de cuento (imag0203) en la que se celebran bodas al exterior. Está excepcionalmente cuidada por su dueña, una señora mayor que no usa mucho las tecnologías pero que preparara unos desayunos al aire libre a la mañana siguiente, que bien valieron los minutos que nos costó encontrarla.
La casa sólo posee dos habitaciones para huéspedes (imag04), lo cual hace que te sientas solo en medio de la naturaleza y privilegiado por disfrutar de ese remanso de paz. Sabemos que hay más hoteles con encanto por la zona, pero no creo que ninguno supere lo bien cuidado que está este, la poca gente que va hasta allí y la amabilidad única y directa de la dueña de la casa, que no sólo cuida muy bien su interior sino también todos los jardines que la rodean. Lugar muy recomendable a tan sólo 40€ por pareja. Desayuno no incluido, pero mereció la pena pagar los 15 €de más!