Revista Arte

Egon Schiele. La libertad del arte en peligro

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

Hans Peter Wipplinger.

"Me siento purificado y no castigado. Reprimir un artista es un delito, significa asesinar vida en gestación" Egon Schiele
Este verano tuve la oportunidad de visitar el Leopold Museum de Viena, donde se celebraba la exposición Die Jubiläumsschau del artista austriaco Egon Schiele, con motivo del centenario de su muerte.

Pero no sólo se muestran obras suyas en el Leopold, sino que también en la Galería Belvedere de la misma ciudad se exhiben un buen número de ellas.

El Museo Leopold está situado en el llamado "barrio de los museos", junto con el Museo de Arquitectura, el de Historia Natural, el de Historia del Arte y el de Arte Contemporáneo, lo que permite conocer de cerca diferentes aspectos de la historia, la naturaleza y el arte, desde la prehistoria hasta la actualidad. El Leopold es el más visitado de todos ellos, alojando una de las colecciones más significativas del arte austriaco de comienzos del siglo pasado. Su fondo consta de 5.000 piezas, todas ellas reunidas gracias a Elisabeth y Rudolf Leopold , aunque el museo no abrió al público hasta el 2001. Cabe destacar que cuenta con la mayor colección de obras de Egon Schiele (Tulin. 1890-Viena. 1918), así como un gran número de piezas de Gustav Klimt, Oskar Kokoschka y Richard Gerstl.

Egon Schiele. La libertad del arte en peligro

Aunque parezca paradójico, Schiele sigue siendo motivo de controversia a los cien años de su muerte, ya que recientemente Alemania y el Reino Unido han censurado su obra por " pornográfica", rehusando la iniciativa de la Oficina de Turismo de Viena de reproducir algunas de sus obras en vallas publicitarias, paredes enteras, autobuses o metro de diversas ciudades, entre ellas Berlín y Londres, principalmente sus famosos desnudos, con el pretexto de que " no es ético mostrar genitales públicamente". La Oficina de Turismo solucionó el problema tapando los genitales con una banda en la que se leía "Lo siento, 100 años, pero demasiado atrevido para hoy". Esta iniciativa partió de una frase que se encuentra en la fachada del pabellón de la Sezession de Viena, de Josep Maria Olbrich, en la que pone "A cada tiempo su arte, y a cada arte su libertad", del escritor y crítico de arte húngaro Ludwig Hervesi.

Si esta decisión se extrapolara a otras ciudades, la escultura de bronce del Manneken Pis (Hombrecito que orina) del siglo XVIII, aunque la que se exhibe en el centro de Bruselas se trata de una copia de 1965, debería ser retirada de su actual emplazamiento y llevarla a algunos de los almacenes municipales existentes en la ciudad. ¿Pero cómo se pueden tildar de pornográficos los desnudos masculinos a principios del siglo XXI? Esta falta de libertad artística ya la hemos denunciado en otras ocasiones en esta misma publicación y por lo visto lo tendremos que seguir haciendo.

A pesar de su corta vida, Egon Schiele vivió los años más importantes de la Sezession, o sea del modernismo austriaco, junto con los pintores Gustav Klimt y Oskar Kokochska, además del arquitecto Otto Wagner, del que también se conmemora el centenario de su fallecimiento y a quien el Museo de Viena dedica una excelente exposición de sus trabajos, principalmente los relacionados con la capital austriaca. La Sezession, también denominada Jugendstile, se formó en 1897 a partir de una separación de un grupo de artistas vieneses que decidieron irse de la Asociación de Artistas de Bellas Artes de Austria. Entre los más destacados figuran Gustav Klimt, Joseph Maria Olbrich, Otto Wagner y Josef Hoffman. En 1905 Klimt junto con otros artistas abandonó el movimiento por diferentes desacuerdos a nivel artístico, aunque anteriormente en 1903 ya se había formado otro grupo denominado Wiener Werkstätten (Talleres vieneses) en el que también estaban Schiele, Klimt, Kokoschka y Hoffman.

Egon Schiele. La libertad del arte en peligro

La prematura muerte de Egon Schiele a los 28 años no fue obstáculo para que fuera un autor de reconocido prestigio, incluso en vida, y se suma a otros artistas fallecidos tempranamente como, por ejemplo, los pintores expresionistas Richard Gerstl y August Macke, a los 25 y 27 años respectivamente. Toulouse Lautrec murió a los 37. De los pintores de las últimas vanguardias del siglo XX encontramos a Jean-Michel Basquiat (1960-1988) y Keith Haring (1958-1990), que también desaparecieron en su época más creativa y transgresora y cuyas obras actualmente tienen unos precios desorbitados en las principales casas de subastas de París, Londres o Nueva York. Hoy en día no sabemos qué lugar ocuparían en la Historia del Arte, pero la circunstancia de haber fenecido tan jóvenes origina que no existan muchas obras en el mercado, y por ello los precios son tan disparatados, al mismo nivel de otros grandes artistas como Picasso, Rothko o Pollock. En cambio, Schiele si que fue muy productivo, ya que se le contabilizan 340 pinturas y 2.800 dibujos y acuarelas.

Egon Schiele. La libertad del arte en peligro

El hecho de que su padre fuera ferroviario, más concretamente jefe de estación, hizo que se interesara por el mundo de los trenes, aunque le duró poco tiempo, ya que cuando sólo contaba 15 años de edad murió su padre, circunstancia que obligó a su madre a llevarlo a Viena, a casa de su tío Leopoldo, lo que le permitió estudiar diseño y dibujo en la Academia de Bellas Artes, si bien tres años después aburrido del conservadurismo que imperaba en aquella institución decide marcharse y, junto con otros compañeros, funda Neukunstgruppe. En 1907 conoce personalmente a Klimt (que también murió relativamente joven, a los 55 años) cuando ya era un pintor de prestigio, y entre ambos surge una gran amistad. Le influenció su manera de representar los desnudos en base a incorporar líneas muy gruesas, tal como se puede contemplar en dos de sus creaciones más celebres: El beso (1907), que se encuentra en la Galería Belvedere y el Friso de Beethoven (1902), que decora una de las paredes del Pabellón de la Sezession de Viena. Así fue como Schiele fue introduciéndose poco a poco en el ambiente modernista de la capital.

Su primera exposición individual tuvo lugar en 1908, en la Wiener Werkstätte, donde muestra una serie de obras expresionistas en que predominaba la figura femenina distorsionada, por lo que ya se adivinaba su interés por esta temática, así como por la manera de representar el cuerpo de la mujer. Al año siguiente, con sólo 19 años, ya participa en la II Exposición Internacional de la Kunstschau, causando un gran impacto en el círculo artístico vienés, máxime por la relevancia de sus integrantes, entre ellos Ferdinand Hodler, Oskar Kokoschka, Gustav Klimt, Edvard Munch, Henri Matisse, Paul Gauguin y Vicent Van Gogh.

En 1910 alquila un estudio en Krumau (Bohemia), pueblo de nacimiento de su madre. Allí mostrará interés por los retratos y los desnudos, dos de los temas más recurrentes en su breve trayectoria artística. En 1911 tiene una relación sentimental con su modelo Wally Valerie de 17 años -él tenía 21-. Todo ello ocasiona que tenga problemas de convivencia con algunos habitantes del pueblo, sobre todo por su conservadurismo, debido a que no veían con buenos ojos este tipo de relación. Asimismo, al margen de Wally, tomaba como modelos a chicas muy jóvenes. Finalmente resuelve cambiar de lugar y se va a Neulengbach, decisión que aún será peor, ya que es acusado de corrupción de menores, tanto por el hecho de tener una compañera tan joven, como por las jóvenes modelos que frecuentaban su estudio. Ello originará su ingreso a prisión durante un mes. No obstante, a pesar de su relación profesional y sentimental con Wally, se casa en 1915 con Edith Harms.

Cuando regresa a Viena todas estas circunstancias adversas se desvanecen prosiguiendo su labor creativa con plena naturalidad, logrando a la vez, exponer de manera regular sus trabajos. Es obvio que la ayuda de Klimt fue determinante en su rápida reintegración en el ámbito artístico vienés. En 1918 contrae la gripe española, una pandemia que asolaba una gran parte del mundo -se estima que solamente en Europa murieron cerca de veinte millones de personas-. Apareció cuando finalizaba la I Guerra Mundial, y pese a que se señala que no fue el propio conflicto bélico el causante del problema, sí que es cierto que el movimiento de las tropas y de la gente civil que se desplazaba tuvieron mucho que ver en el avance de la pandemia. Su esposa embarazada muere tres días antes que él, y su mejor amigo Gustav Klimt también fallece el mismo año. Además, Wally que prestaba sus servicios en la Cruz Roja, muere a principios de la contienda bélica. En poco tiempo todo su entorno más íntimo desaparece, afectando de alguna manera al propio contenido de su obra, ya de por sí lleno de angustia y dramatismo, donde la dualidad vida-muerte ocupa un papel muy importante en sus dibujos y pinturas.

Las obras que se exponen en el Museo Leopold constan de 65 pinturas y 70 dibujos en papel, aparte de fotos, manuscritos y documentos. Están distribuidas en nueve salas, donde el público contempla sus temas predilectos como son el retrato -autorretratos principalmente, de los que se conocen 170-, la figura y el paisaje. El director del museo, Hans Peter Wipplinger, señala que "queremos mostrar que Schiele fue un visionario y en lo que plasmó en sus cuadros son temas candentes". Hay que tener en cuenta que vivió en una época difícil, y no sólo por coincidir cronológicamente con la I Guerra Mundial, sino porque convivía con una sociedad aristocrática muy conservadora. De todos modos, existía un cierto interés por parte de algunos grupos de intelectuales y artistas que deseaban un cambio, un cambio que ya se estaba produciendo en otros lugares de Europa.

Su obsesión por autorretratarse se puede entender como enfermiza, a pesar de que esta temática la hayan empleado asiduamente grandes artistas de la Historia del Arte: Rembrandt, Van Gogh, Frida Kahlo y Picasso, entre otros. Precisamente Van Gogh refiriéndose a los retratos pintados por Rembrandt, señala que "...son más que el natural, rozan la revelación". Este interés por el ego en el entorno artístico se relaciona a nivel psicológico con el individuo que se reconoce como yo, al ser consciente de su propia identidad, y que según Sigmund Freud "supone el primer paso del propio reconocimiento para experimentar alegría, castigo o culpabilidad", donde el concepto existencial es bien evidente, por lo que la parte orgánica de cualquier individuo como es el propio cuerpo, necesita revisarse continuamente, en que el cuerpo desnudo se muestra con total libertad, aunque en este caso se trate de su propio cuerpo. La belleza existente en sus autorretratos no la podemos relacionar con los cánones clásicos, sino con la parte más espiritual, sensible y pasional del individuo, tal como podemos ver incluso en la obra de Lucien Freud -nieto de Sigmund Freud-. Por ello, el escritor Stefan Kutzenberger, gran conocedor de la obra de Schiele, opina que el artista "experimenta consigo mismo, toma su cara, su cuerpo y quiere encontrar al YO moderno". En Self-Portrait with Chinese Lantern Plant (1912), el artista se muestra desafiante y enigmático a la vez, provocando al espectador, unas veces reacio a entender sus planteamientos estéticos, y otros receptivo a ellos. En cuanto a Autorretrato desnudo y gesticulando (1910), su cuerpo está moviéndose continuamente, sobretodo sus miembros superiores y en posiciones muy extrañas, casi irreales, mientras sus genitales aparecen colgando de su delgado cuerpo. De hecho, fue a partir de estos años en los que su cuerpo se irá deformando paulatinamente.

Respecto a la figura humana, primordialmente los desnudos femeninos individuales, aparecen en diversas posiciones: entrelazados, abrazándose, en parejas o a nivel individual, o incluso se dejan ver imágenes de maternidades. De todos modos, suelen ser desnudos provocativos, aunque sin especial significancia. El erotismo que se advierte en sus pinturas y dibujos no refleja la idea de representar el sexo desde una óptica de deseo y de placer, sino más bien lo hace desde una visión irónica y grotesca. Por ello, en Liegende Frau (1917), vemos a una mujer semidesnuda con las piernas abiertas y mostrando sus pechos descubiertos, o Two Squatting Women (1918), en que se ve a dos mujeres desnudas sentadas mirando al espectador. La candidez o seriedad de ambas obras no indican una sensación de deseo, a pesar de que van desprovistas de ropa, pero ello no significa que se las deba considerar como "pornográficas". Precisamente el hijo del coleccionista Rudolf Leopold Diethard, defiende el trabajo del artista ya que "no abusó nunca de nadie, sólo retrató el despertar erótico de los adolescentes, algo que existe en la vida real, aunque algunos no lo quieran ver, y aquí creemos que un museo es el lugar en el que este tipo de cosas deben ser mostradas abiertamente", y llega a la conclusión que la censura que ha padecido es totalmente ridícula e injusta. En cambio, sí que hay una obra como es Cardenal y monja (1912), en que se ve a los dos religiosos abrazándose, circunstancia ésta, que rompe algunos de los tabúes de la Iglesia como es la relación carnal entre personajes adscritos a ella, pero en cambio no ha tenido tanta repercusión mediática como el resto de sus desnudos.

En cuanto a los paisajes se observa su fascinación por Van Gogh, tal como se puede ver en algunas de sus obras, en las que son como una especie de homenaje a su trabajo, caso de El dormitorio de Van Gogh en Arlés o Los girasoles. Siente más atracción por el paisaje rural que por el urbano, ya que el vitalismo de las ciudades no le llamaba tanto la atención.

[amazon_link asins='3836565684,0500511160,B01FVPSSP2,8467914246,3836546132,3777427640,B01LXJVM0Y' template='9musas' store='lasnuevemus07-21′ marketplace='ES' link_id='3c17eed7-abbd-11e8-a9cf-9b2fe5685329′]


Volver a la Portada de Logo Paperblog