Una vez elegidos (se relacionan con nombre y apellidos), todos aceptaron el cargo; el juez les tomó juramento, conforme a derecho, y les dio posesión. Luego ordenó que tomasen asientos en los lugares propios a sus empleos y entregó a los alcaldes la vara alta de justicia. Después ordenó que:
• “En adelante y por siempre jamás se titule villa de Retiendas, con jurisdicción ordinaria en primera instancia y se gobierne por los justicias que han sido nombrados en este acto. Para lo que falta de este año, y en adelante y sucesivos, se nombren por el vecindario.
• Los vecinos gozarán de los mismos pastos y aprovechamientos que hasta ahora han gozado sin modificación alguna.
• Los alcaldes conocerán todos los pleitos, causas y negocios pendientes (y los que en adelante ocurriesen) en esta villa, en su término y jurisdicción. De sus vecinos y cualesquiera persona que residiesen en ella, y en el término que le sea deslindado y amojonado,
• Que a todos les da licencia y poder en amplia forma como se requiriese
• Y manda que se ponga horca, cuchillo, cárcel, prisiones, azote y demás insignia de jurisdicción”
Todos los presentes gritaron varias veces ¡VIVA EL REY! y dieron las “debidas gracias por las mercedes otorgadas”. El juez hizo una exhortación de “las obligaciones y necesidades que tenían de vivir en paz y armonía por propia conveniencia, siendo fieles vasallos y obedientes a sus órdenes ó resoluciones”.
Lar-ami
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