Una de las objeciones a mi posición de defensa de la explotación de recursos mineros es que a largo plazo estas explotaciones no pueden ser rentables ni repercuten en el bienestar de la población local. La realidad dista mucho de esta presunción. Siempre y cuando no hablemos de estados fallidos, como RD Congo, la explotación de recursos minerales lleva aparejada la creación de un fondo que reparte dividendos entre la población, que está pensado en el largo plazo y que significa un baluarte económico para el futuro.
Alaska
Más allá del Muro.
El mejor ejemplo puede ser Alaska. A finales de los 60, Alaska era un lugar al que ir a morir. Gente malviviendo de la pesca en condiciones atroces, falta de infraestructuras por todas partes y muchos problemas de escasez e incomunicación. Hasta que llegaron las perforadoras a la bahía de Prudhoe y encontraron el segundo mayor depósito de petróleo después del texano. A partir de ahí construyeron un oleoducto que cruza el estado y atrajeron inversiones y mano de obra. De ser uno de los estados más pobres del país, pasó a estar por encima de la media (recordemos que Alaska no queda de camino a ningún lado y tiene muy mal clima). No sólo las nuevas inversiones y la demanda de nuevos servicios a los trabajadores crearon empleos indirectos, sino que además se creó un fondo con parte de los ingresos por la explotación que reparte dividendos anuales a toda la población de Alaska.El espíritu con el que se aprobó este fondo público fue precisamente el pensar que el petróleo se acabaría algún día y que los recursos naturales no podían pertenecer solamente a las generaciones que convivieran con la explotación, sino también a los futuros habitantes de Alaska. El fondo contaba con 734.000 dólares en 1977, 11.000 millones en 1987, 24.000 millones en 1997 y para el año 2012 tenía más de 42.000 millones. La paga anual que se reparte a los alaskeños osciló entre los 331 dólares de 1984 y los 3.200 dólares de 2008. De vez en cuando, el legislativo de Alaska pregunta a los ciudadanos si puede utilizar una parte del fondo para alguna obra concreta de utilidad pública y así no tener que endeudar al estado o subir los impuestos.
Fondo del petróleo de Noruega
Noruega tiene 5 millones de habitantes que en su mayoría gozan de una gran cobertura gracias a la gallina de los huevos de oro. Gente que no hace ascos a las plataformas del Mar del Norte y que muchos de los cuales sigue viviendo de actividades pesqueras pero en condiciones mucho más humanas que sus padres y abuelos (hasta descubrir el petróleo, Noruega era un lugar bastante pobre y lamentable). Pues bien, una parte de los inmensos ingresos por petróleo que reciben los norteños se dedican a un fondo público. Este fondo paga las pensiones de los noruegos, que así se ahorran tener que cotizar a un esquema de Ponzi de la Seguridad Social. Tontos no son, desde luego. Muchos noruegos tienen fondos privados de pensiones, pero este fondo gubernamental garantiza que nadie se quede en la miseria y que todos los ancianos vivan dignamente sin preocuparse.
El ministerio de economía noruego calcula el monto total de este fondo para 2014 en unos 550.000 millones de euros. 110.000 euros por noruego. La cantidad asusta porque siempre subestimamos el valor de los recursos minerales. Este fondo invierte de forma tan diversificada que se dice que posee el 1% de los títulos de renta variable negociados en todas las bolsas del mundo. Claro, hablamos de reformados noruegos que vigilan con lupa la actividad de este fondo. En Noruega no hay muchos Poceros porque les funcione mejor la justicia, sino porque a nivel de calle está muy mal visto robar. Estos capillitas han decidido dejar de invertir en tabacaleras y en algunos fabricantes de armas.
Alberta
Extracción de arena bituminosa en Alberta.
El Alberta Heritage Fund, se creó en 1976 con parte de los ingresos por las explotaciones de recursos no renovables. En 1987 dejó de ingresar royalties por los recursos minerales porque ya generaba suficientes dividendos como para sostenerse por sí mismo. Este fondo lo emplea el gobierno provincial para dedicarlo a infraestructuras e incluso conceder préstamos a otras provincias. En 2012 el fondo contaba con 12.500 millones de euros. Desde su creación ha ahorrado a los alberteños 26.000 millones que se pudieron invertir en sanidad, educación, infraestructuras y programas sociales.En Alberta la explotación minera no está reñida con el turismo natural. Canadá es un país bastante normal.
Otros lugaresHay ejemplos de otros lugares donde dedican parte de los ingresos por la explotación de recursos a sostener fondos que a su vez reinvierten en el bienestar público: Irán, Kuwait, Botsuana, Wyoming, México, Brasil, Argentina, Pakistán, Etiopía, Nueva York... Todos ellos tienen en común que la riqueza de aquí y ahora repercuta en el futuro. ¿Se trata de varitas mágicas? No. Hay países a los que les va muy bien con este tipo de fondos y otros, azotados por la corrupción, estos fondos no les hacen nada.
Lo volveré a repetir: 4.200 millones de euros sólo en el oro gallego. ¿Futuro de las pensiones? ¿Gasto farmacéutico? ¿Peajes en carreteras? Problemas de los que nos podríamos olvidar... para siempre. Ok, esto peca de optimista, para compensarlo diré algo pesimista: ninguna explotación minera y en 20 años estaremos pidiendo de rodillas a los chinos que les podamos vender juguetes de plástico y lechugas.