La languidez de los hombros puede estar determinada por la estructura del esqueleto, por la falta de masa muscular del torso y brazos, especialmente de los músculos deltoides, o por ambas causas a la vez.
Si se desea tener unos hombros cuadrados, la musculatura de todo el cuerpo debe gozar de tono, especialmente los músculos abdominales y paravertebrales, dorsales, romboides y trapecio, a fin de que el tórax no se derrumbe, falto de base sólida.
La solución exige trabajo constante de carga en movimientos muy lentos. Es decir, lo conveninete serían rutinas Pilates acompañadas de pesas.
Empieza con un calentamiento a base de círculos de hombros.
Ejercicio: Siéntate en una pelota fitness o en una banqueta de entrenamiento, contrae glúteos y abdomen, relaja el cuello. Coloca los hombros hacia atrás y hacia abajo, pecho alto. Mantén la cabeza erguida en línea con la columna, y barbilla paralela al suelo.
Coge unas pesas y, al espirar, levante lentamente los brazos, lateralmente, manteniendo los codos un poco flexionados y las manos mirando hacia abajo; cuando los brazos han alcanzado una altura ligeramente superior a la de los hombros, mantén contando hasta cuatro; baja los brazos lentamente soltando otra vez el aire, manteniendo el pecho alto.
Al inicio, usa pesas de un kilo; cuando puedas realizar treinta repeticiones sin cansancio y sin dolor, usa pesas de dos kilos, insistiendo en la lentitud del movimiento. En caso de producirse dolor articular, reduce las repeticiones.