Quiero un bigote estilo Zapata, espeta el productor a la maquilladora. El directivo se refiere al aspecto que desea para el antagonista del folletín del oeste que está preparando. Lo interpretará Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), un actor venido a menos, encasillado en papeles de pistolero televisivo, que no logra dar el salto a la pantalla grande.
Quentin Tarantino quiere rendir homenaje a las series y a las películas que marcaron su infancia, las que le inocularon el virus de la cinefilia galopante que siempre deja notar en sus trabajos, las de los años 60. Pero no se circunscribe a las realizadas exclusivamente en su país. A nadie escapa que con el título hace referencia indisimulada a su amado Sergio Leone que utilizó la misma fórmula para denominar dos de sus largometrajes más celebrados, Hasta que llegó su hora (cuya traducción del original sería Érase una vez… en el oeste) y Érase una vez… en América. Además, dibuja un alter ego del Clint Eastwood incipiente de la época con la filiación y la trayectoria de un protagonista que, tras ver embarrancada su carrera en Los Ángeles, acepta ir a Almería a rodar spaghetti westerns.
Sus filias y fobias, esa impronta en forma de marcas inventadas para la ocasión, continúan presentes. Para ver los cigarrillos Red Apple, omnipresentes en toda su filmografía, hay que tener un poco de paciencia. No tanta como con el nuevo producto que se une a esta curiosa estantería de ultramarinos, una comida para perros de nombre absolutamente rompedor, Wolf Tooth, diente de lobo, con el personaje de Harvey Keytel en Pulp Fiction en mente.
Tras unos créditos iniciales a la altura de la brillantez a la que nos tiene acostumbrados el enfant terrible de Hollywood, la narración nos presenta, a modo de documental, a dos tipos. De Rick Dalton ya hemos hablado, el otro fulano, encarnado por Brad Pitt, es Cliff Booth, su doble en escenas de acción. De sus desventuras en la meca del cine y la pequeña pantalla, su vecindad con Roman Polanski y Sharon Tate y de lo que el año 1969 puede dar de sí, tratarán los 161 minutos que vienen a continuación.
Por más que el filme pueda adolecer de un exceso de metraje debido, principalmente, al afán contemplativo con el que el italoamericano recrea secuencias completas del rodaje del serial en el que Dalton se gasta aquel atrevido bigotón, la magia tarantiniana sigue viva en una cinta que recoge elementos ya vistos en Django desencadenado y Malditos bastardos y que nos subyuga como en los mejores momentos de Reservoir Dogs, aunque sin alcanzar la brillantez de sus obras más impactantes.
El espectáculo lo completan unos estupendos DiCaprio, Pitt y una Margot Robbie que brilla más si cabe cada vez que se enfrenta a un reto en forma de personaje sacado de la realidad, y un tramo final realmente vertiginoso y vibrante que nos hace saltar de la butaca en la mejor tradición del director de Los odiosos ocho.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos
Copyright imágenes © Bona Film Group, Heyday Films, Visiona Romántica, Sony Pictures Entertainment. Cortesía de Sony Pictures Releasing. Reservados todos los derechos.
Érase una vez… en Hollywood
Dirección y guion: Quentin Tarantino
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie
Fotografía: Robert Richardson
Montaje: Fred Raskin
Duración: 161 min.
Reino Unido, Estados Unidos, China, 2019
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