- ¡Seño! Ya he acabado los ejercicios.
- Muy bien Javi, ahora espérate quietecito en tu sitio.
Transcurridos cinco minutos Javi vuelve a intervenir:
- ¡Seño! Es que me aburro y no sé qué hacer...
- Te he dicho que tienes que esperar a que acaben tus compañeros!
Al ver que sus compañeros no acaban y cansado de esperar, Javi intenta establecer conversación con varios de sus compañeros, llegando a molestarles porque los distrae en su tarea. La maestra, algo más enfadada le dice:
-¡Javi, es la tercera vez que te llamo la atención! Como no puedes estar sin molestar a tus compañeros vete al final de la clase.
Esta, es una situación frecuente en nuestras aulas. Existen una serie de alumnos en los que no se suele intervenir individualmente ya que sus resultados suelen ser buenos o muy buenos y por ello, pasan más desapercibidos, pero, ¿realmente no necesitan algún tipo de ayuda?, evidentemente sí.
Como vemos en el caso anterior, un alumno que tiene un funcionamiento más rápido que el resto de sus compañeros acaba antes las tareas, y al no tener ninguna labor académica en ese momento, encuentra su entretenimiento intentando jugar o hablar con sus compañeros. Debido a que la maestra no puede atenderle, o no sabe como, esta situación desemboca en un castigo para el alumno. ¿Realmente se lo merece? Tal vez, si pensamos en los estímulos que necesita el cerebro de Javi estamos pidiéndole algo muy difícil para él, ¿no crees?
Mediante este ejemplo, queremos introducir el concepto de Alumnos con Altas Capacidades (AACC).
Este, es un término que ha cambiado mucho en las últimas décadas. Anteriormente, los alumnos que se denominaban "Superdotados" se caracterizaban simplemente por tener una gran capacidad intelectual. No obstante, las teorías actuales como la de Joseph Renzulli, incluyen diversos factores imprescindibles para considerar un alumno como AACC, como son la alta creatividad o altos niveles de implicación en las tareas que se realizan.
Otra de las teorías que tienen más relevancia en la actualidad es la de Howard Gardner denominada "Teoría de las inteligencias múltiples". Es importante destacar de esta teoría que la inteligencia no es únicamente innata, sino que se puede desarrollar y potenciar a lo largo de toda la vida, es más, se debe desarrollar esas capacidades innatas al máximo posible.
Como explica el autor, la inteligencia no se compone únicamente de un solo factor, sino que está formada de diversas inteligencias:
- Inteligencia lingüístico-verbal.
- Inteligencia lógica matemática.
- Inteligencia espacial.
- Inteligencia musical.
- Inteligencia corporal cinestésica.
- Inteligencia intrapersonal.
- Inteligencia interpersonal.
- Inteligencia naturalista.
En otras palabras, ser inteligente no consiste únicamente en sacar buenos resultados académicos, sino en saber desenvolverse en la vida diaria; establecer buenas relaciones sociales, gestionar adecuadamente nuestras emociones y superar en general los problemas y situaciones que la vida real nos presenta. Además, podríamos aprovechar este concepto para aplicarlo, no solo con los alumnos que presentan AACC, sino a todo tipo de alumnos, ya que sabiendo esto, debemos conocer y ayudarles (a nuestros alumnos/hijos) a que conozcan sus debilidades y fortalezas, es decir, saber que inteligencias son aquellas en las que destacan y así potenciarlas. Utilizarlas para a través de las mismas, fortalecer y desarrollar el resto de inteligencias.
Ahora bien, ¿cómo podemos saber si nuestro hijo o nuestro alumno puede que tenga Altas Capacidades?
Los alumnos con estas características son muy heterogéneos, es decir, cada uno tiene sus particularidades. No obstante, aquí presentamos algunas características generales que pueden servirnos para reconocerlos:
- Curiosidad: presentan ese deseo de descubrir y saber aquellos conocimientos que desconocen. Siempre están haciendo preguntas.
- Desafío: le gustan los retos y aquellas situaciones que son nuevas y diferentes.
- Pensamiento independiente: son capaces de reflexionar y mostrar su opinión.
- Creatividad: tienen habilidad para crear nuevas ideas, y además, disfrutan con aquellas actividades que les permiten desarrollar la creatividad.
- Preferencia por compañeros mayores: buscan relacionarse con personas mayores.
- Habilidad en el lenguaje: tiene facilidad para expresarse y utilizar un vocabulario avanzado para su edad.
- Muy buena memoria: son capaces de memorizar con facilidad los materiales que se les proporcionan, y además, situaciones y hechos de la vida experimentados.
- Intereses persistentes: muestran perseverancia en áreas que le interesan y en las que profundizan.
- Buenas relaciones sociales: tiene habilidad para desenvolverse bien socialmente en diferentes situaciones.
- Implicación en la tarea: muestran responsabilidad y compromiso en los trabajos y actividades que realicen, bien sean académicos o no.
Una vez los hemos identificado, es imprescindible acudir a los profesionales pertinentes para realizar una evaluación psicopedagógica y determinar la atención que requieren.
No obstante, aquí presentamos unas pinceladas que nos pueden orientar cómo trabajar con estos alumnos:
- Motivación: es muy importante no olvidar el carácter motivacional en todas las actividades para que el alumno no caiga en el aburrimiento y pierda el interés por las tareas académicas.
- Trabajar de forma cooperativa: los trabajos en pequeños y grandes grupos hace que se enriquezcan unos de otros.
- Trabajos de investigación: realizar este tipo de trabajos permite ampliar los conocimientos y establecer unas metas más amplias, trabajando más autónomamente y creando así un interés por parte del alumno.
- Tutorizar a compañeros: existen compañeros que presentan dificultades y que el apoyo de estos compañeros les puede servir a ambos como una experiencia enriquecedora.
- Actividades de ampliación:- En el área del lenguaje podemos realizar algunas actividades como sopas de letras, enigmas con jeroglíficos, creaciones literarias, juegos de palabras (rimas, campos semánticos, etc.), adivinanzas, refranes y todo aquello que al tutor o los alumnos se les pueda ocurrir.
- En el área de las matemáticas varios juegos y actividades de ampliación pueden resultar interesantes, como la creación de problemas matemáticos, juegos lógico-matemáticos, juegos de mesa (oca, parchís, ajedrez...) en los que se añade operaciones matemáticas, etc.
- En cuanto a las ciencias naturales y sociales existen diversas posibilidades como la elaboración de experimentos, la invención y creación de proyectos con materiales naturales, creación de libros de botánica y siempre con la posibilidad de realizar exposiciones al resto de los compañeros.
Por último, me gustaría remarcar que este tipo de actividades no solo benefician a los alumnos con Altas Capacidades, sino al conjunto de la clase. Esto son solo orientaciones ya que la individualidad de cada alumno es lo más importante, y debemos conocer a cada uno de ellos y reforzar aquellos campos que más lo necesiten y enriquecer aquellos en los que más interés muestren.
Fuente: Enrique Suay, psicopedagogo y terapeuta en
C. Marco