A menudo pecamos de confiados creyendo que los excesos pueden estar justificados en el ánimo de disfrutar de los placeres de la vida. Confiamos en un mañana responsable y prudente al que encomendaremos la difícil tarea de compensar los los desórdenes ocasionados en nuestro organismo. Sin embargo, ese mañana no suele llegar. Las consecuencias de nuestros actos se pagan y muchas veces se pagan caro, porque el ADN tiene memoria y acciones como el abuso del alcohol nos deja su huella para siempre. Cada vez hay más jóvenes que mueren prematuramente a causa de consumir sustancias dañinas.
La idea de estudiar el efecto oxidativo por la ingesta de alcohol en ese periodo surgió cuando la investigadora Adela Rendón daba clases de Bioquímica Clínica en el Instituto Politécnico Nacional en México. Muchos de los estudiantes que acudían a clase los lunes a primera hora mostraban falta de atención y malestar generalizado consecuencias de haber bebido alcohol durante el fin de semana. Se observó que los jóvenes que bebían tenían dos veces más daño oxidativo que el grupo control
Se midió la actividad de la enzima alcohol deshidrogenasa, responsable del metablismo del etanol a acetaldehído, acetoacetato y acetona. El daño oxidativo se evalúa por un ensayo bioquímico TBAR (especies que reaccionan al ácido barbitúrico), y refleja la lipoperoxidación que sufre la membrana por efecto tanto del etanol en la sangre como del acetaldehído producto de la acción de la enzima sobre el etanol. Por tanto, existen por lo menos dos vías por las que se forman radicales libres que pueden deteriorar la integridad de la membrana celular.
«Lo interesante es que si la cromatina no está bien compactada, si hay daño en el ADN, en la electroforesis deja un halo», lo que denominan «cola de cometa».
Fuente: ABC
Todavía hay quienes toman el solo sin usar protección. Y eso que es ahora cuando personas que tomaron el sol décadas atrás, están acusando el castigo de sufrir problemas de piel. No utilizar protección en las relaciones sexuales, dan lugar a que, incluso meses después, la persona descubra que padece una enfermedad venérea. Y todavía nos resistimos a aceptar que las botellonas de fin de semana sean perjudiciales. Pues efectivamente, y aunque la realidad se antoje cruel, el organismo tiene memoria y es vengativo, las faenas que le hacemos, la guardan en su ADN para echárnosla en cara cuando menos lo imaginemos.
El abuso del alcohol es perjudicial. Y no importa si te tomas dos copas de más todos los días o si lo reservas para darte el atracón en el fin de semana, que tu hígado actuará en consecuencia. No obstante, siempre es posible reparar los daños si ponemos voluntad en cambiar nuestro estilo de vida. La próxima vez que quedes con amigos para ir de fiesta, acuérdate de la memoria de tu ADN, y más vale que evites el abuso del alcohol, si no quieres acabar tus días sufriendo una de las enfermedades más crueles, la cirrosis. Además de otras adyacentes.
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