
No es en su composición nutricional ni en su método de obtención en donde me voy a detener en este post, para ello ya tenemos secciones específicas (aquíy aquí). Donde me quiero detener yo es en sus beneficios para la salud. El principal y más conocido por todos es el efecto que tiene para nuestro corazón. Por el tipo de ácidos grasos que forman el aceite de oliva, tiene un efecto sobre el colesterol en sangre, ayudando a disminuir los niveles de colesterol LDL y a aumentar los del colesterol HDL. Además, se sabe que el aceite de oliva mejora la circulación sanguínea ya que promueve la vasodilatación de las arterias y, como fin último disminuye la presión arterial. Otra de las famosas virtudes es su acción antioxidante, debido a la presencia de vitamina E y otros compuestos fenólicos. El aceite de oliva por lo tanto, tiene un papel protector frente al estrés oxidativo celular. Este hecho, junto con el anterior, hace que se pueda decir que el aceite de oliva ayuda a combatir el envejecimiento. Son numerosos los estudios científicos que relacionan el consumo de este alimento con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Fuentes Conocimientos adquiridos durante la Diplomatura en Nutrición Humana y Dietética.