Revista Psicología

El águila nazi del Graf Spee y su destino errático

Por Carolina Guzman Sanchez @RevistaPazcana

Artículo Narrativo No.016 –7 de agosto de 2023

Por Kominsky*

Twitter: @kominskysnm Instagram: @kominskysnm

Una guerra librada y concluida hace más de 8 décadas, que sigue sacando a flote no solo vestigios de su estructura sino también la incapacidad por resolver los destinos de su legado.  

El pasado viernes 16 de junio, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, anunció que el águila con simbología nazi extraída en el año 2006 del buque Alemán Graf Spee, sería transformada por el reconocido artista y escultor Pablo Atchugarry, en una paloma de la paz como “un símbolo de paz y unión”.

El águila nazi del Graf Spee y su destino errático

Días después, precisamente el domingo 18 de junio, el propio presidente Lacalle Pou anunciaba la decisión de desistir a la idea manifestando que “en estas pocas horas que han transcurrido hay una abrumadora mayoría que no comparte esta iniciativa. 

Si uno quiere generar paz lo primero que tiene que hacer es generar unión. Claramente esto no lo ha logrado».

De esta forma se cerraba el breve capítulo a la transformación del águila del buque nazi Graf Spee.  

El águila nazi del Graf Spee y su destino errático

84 años en los que ni el estado, ni la historia, han sabido dar a un cierre que esté a la altura de los hechos, a lo cual tampoco es posible afirmar, si quienes tienen esa responsabilidad, poseen la noción histórica de los mismos.

Iniciaba la 2da guerra mundial -año 1939-, y la batalla entre Alemania e Inglaterra comenzaba a mover fichas estratégicas de un conflicto plagado de acciones y respuestas.

El águila nazi del Graf Spee y su destino errático

Adolf Hitler, líder alemán, trazaba una maniobra con objetivos precisos, movimientos que contribuyeran a la reacción del enemigo. En este caso, desplazar las tropas inglesas fuera de Europa y así actuar en territorio desprotegido.

Para ello, empleó al buque Graf Spee y al capitán Hans Longsdorff, ordenándole dirigirse al atlántico sur para asaltar y destruir las unidades mercantes de bandera inglesa, con el fin de movilizar al enemigo y también desabastecer las tropas británicas en Europa.

El águila nazi del Graf Spee y su destino errático

Estas embarcaciones tocaban puerto y tierra en las costas de Uruguay y Argentina en busca de cuero, trigo y principalmente carne enlatada, corned beef.

La norma era atacar, destruir y hundir. Pero, ante todo, evitar el combate.

El Graf Spee, debía su nombre al almirante Maximiliam Von Spee, quien lucho en la 1ra guerra mundial en la Batalla de Coronel y en la Batalla de las Malvinas. 

Se trataba de un crucero pesado, muy blindado y armado que según el tratado de Versalles era considerado un buque con características intermedias entre un crucero pesado y un acorazado, sin llegar a ser ninguna de las dos.

Admiral Graf Spee in Montevideo, Uruguay, December 1939.

Se lo consideraba más fuerte que el más veloz y más veloz que el más fuerte. Por esas características, la inteligencia alemana lo consideraba un arma propicia para esta misión, ya que podía acercarse al enemigo a gran velocidad y de la misma forma alejarse minimizando el peligro.

Con una extensión de 186m de largo por 21m de ancho, pesaba casi 15 toneladas, y estaba armado con 6 cañones principales y 2 secundarios, batería antiaérea, 2 tubos lanza torpedo y 1 hidroavión. 

Cualidades que, a juzgar por los expertos, “fortalecía toda iniciativa de ataque y maniobra estratégica”.

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El 21 de agosto, inicia la travesía, donde el 1ro de septiembre realiza una parada de aprovisionamiento en Islas Canarias.

En su trayecto hacia el Atlántico Sur, siendo ya el 11 de septiembre, se topa por primera vez con el buque británico Altmark, pero aun sin autorización de ataque, decide escapar y es hasta el 26 de ese mes, luego de recibir esa autorización, que localiza su primer objetivo en las costas brasileñas, e inicia el asalto, ataque y hundimiento del buque SS Clement, quien minutos antes de desaparecer en el mar, activa las alarmas en comunicación con su base en Gran Bretaña. 

Ante este ataque, el 5 de octubre, las fuerzas británicas se unen a las francesas y forman 8 grupos de combate, con 23 buques y el objetivo de cazar al Graf Spee.

Luego de intensas batallas, donde el Graf Spee alcanza su objetivo de destruir cada embarcación enviada por los aliados, 

el 7 de diciembre llega el turno del Streonhalh, el cual, trasportada 5 toneladas de granos, y haciendo uso de maniobras de toma del barco antes de ser hundido, interceptan documentación de alto valor, en la cual constaba las diferentes rutas de los mercantes. Provistos de esta información, deciden movilizarse hacia las costas uruguayas.

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En ese trayecto, ya estaba esperándolo el Almirante Harwood. El 13 de diciembre, la tripulación del Graf Spee avista el crucero Exeter al que, luego de un intento por enviar el hidroavión para reconocimiento, éste presenta problemas técnicos y no despega. La tripulación del Graff Spee y su capitán, infieren que se trata de un escolta de un convoy mercante mencionado en los documentos, pero surgen 2 embarcaciones más, Aquiles y Ajax. Finalmente, allí se desata la llamada 

“Batalla del Río de la Plata”.

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Los primeros ataques se centran en el Exeter, al tiempo que Graf Spee realiza una maniobra generando humo desde su propia embarcación, ocultar la nave y ganar tiempo. Las ofensas se suceden de un bando y otro, hasta que finalmente el Graf Spee recibe un impacto decisivo al cual el Capitán Longsdorff decide retirarse hacia las costas aledañas a Punta del Este, pero el crucero oriental llamado Uruguay realiza maniobras para que no se acerque a tierra y finalmente toma rumbo hacia la capital, Montevideo.

Se calculan de esta batalla, 108 muertos entre ambos bandos y en este caso el Graf Spee recibe 70 impactos estructurales y 36 muertos.

La embarcación entra al puerto de Montevideo y es recibido por el embajador alemán en Uruguay, Otto Langmann.

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Se inicia la liberación de prisioneros y de inmediato comienza la presión por parte del embajador de Gran Bretaña hacia el gobierno uruguayo, para que el buque teutón abandone el puerto en 24 horas.

Luego de una larga serie de negociaciones con el gobierno uruguayo como mediador, apoyados en argumentos y disposiciones internacionales, se comunica que la embarcación tiene 72 horas para abandonar el puerto motevideano.

El 17 de diciembre el Graf Spee suelta amarras en dirección a río abierto, y mientras se alejaba de la multitud curiosa apostada en las inmediaciones al puerto, surge de la embarcación un intenso humo negro, producto de la acción de sus tripulantes que armados con potentes martillos impactaban las máquinas de valor técnico y estratégico. 

1000 tripulantes se trasladan al buque mercante Tacoma, para inmediatamente después, volar, destruir y hundir el Graf Spee a tan solo 5 millas de la costa uruguaya.

Hitler catalogaría esta acción, como un acto de cobardía del Capitán Langsdorff, quien además había tomado la decisión de abandonar la nave y permanecer en Uruguay. Langsdorff, no quiso que una embarcación liderada por él, fuese vencida y enviada al fondo del mar por tropas enemigas.

Mas tarde, alojado en el Hotel del Inmigrante, Lagsdorff redacta una carta a su esposa, donde expresaba que su “honor debía sufrir el mismo destino que su barco”, y reposando sobre la bandera del Spee, se suicida.

Fueron muchas las incursiones hacia los restos del Graff Spee, tanto por parte de Gran Bretaña como por intereses uruguayos, tanto estatales como privados, hasta que finalmente en el año 2006, bajo una expedición privada de iniciativa uruguaya, se extrae uno de los símbolos más representativos de la embarcación, el águila del Graf Spee.

Un objeto de 2 metros de alto, 3 metros de ancho, 300 kilos de peso, con el símbolo nazi en su base.

Elemento controversial, que ha atravesado diferentes instancias relacionadas al destino de la misma, ya sea la devolución a Gran Bretaña -había adquirido los derechos sobre la chatarra-, venderla -valuada en 50 millones de dólares, se descarta por temor a que se tornara un símbolo de apología nazi- y finalmente la descrita intención de ser transformada en una paloma que evocase la paz.

Hoy en día, el águila del Graf Spee permanece en custodia del Ministerio de Defensa Nacional de Uruguay en el Cerro de Montevideo, a la espera de una nueva instancia que defina su destino.


El águila nazi del Graf Spee y su destino errático
*Kominsky, nacido en Uruguay lector, articulista y narrador de raíces profundas en lo etérico. Ecléctico como pocos, comparte su punto de vista con nuestros contenidos.

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