Los edificios de viviendas están configurados, básicamente, por una estructura soporte, una envolvente y unas instalaciones interiores —iluminación, calefacción, etc. Pero, para conseguir unas condiciones de confort en el interior adecuadas, la envolvente térmica ha de tener unas características aislantes determinadas, que por desgracia en España no tienen en la mayoría de los casos.
La consecuencia de no conseguirse esas condiciones de aislamiento térmico, es que la demanda de energía será mayor que en el caso contrario, lo que supone un gasto anual en climatización importante.
En los edificios existentes, las actuaciones de rehabilitación energética deben ir dirigidas, principalmente, a la mejora de la envolvente térmica, ya que potenciando las denominadas medidas pasivas, mediante el aislamiento térmico de las ventanas, fachadas y cubiertas, se conseguirá reducir el consumo energético por vivienda, garantizando unas condiciones de confort en el interior, tanto térmico como acústico.
Los materiales más habituales que se usan en rehabilitación térmica de edificios son:
- Espuma de poliestireno expandido
- Espuma de poliuretano
- Espuma de poliestireno extruído
- Lana mineral
- Espumas flexibles
- Vidrio aislante
Beneficios del aislamiento térmico
El aislamiento térmico contribuye a la eficiencia energética reduciendo el consumo energético sin disminuir el confort, por lo que algunas de las ventajas que presentan son:
• Rebajar la factura energética, incorporando un aislamiento térmico al edificio se reducen las pérdidas de calor en invierno o de aire frío en verano de la vivienda; por tanto, el consumo de energía necesaria para climatizar las habitaciones será menor, haciendo que ahorremos dinero en nuestra factura energética.
• Optimizar el rendimiento de las instalaciones térmicas, ya que el aislamiento evita las pérdidas energéticas en las redes de distribución. Así se consigue que mejore el rendimiento de los equipos con el consiguiente ahorro energético que conlleva.
• Mejorar la sensación de confort y el bienestar pen nuestro hogar. Una vivienda aislada térmicamente contribuye al bienestar las personas que la habitan ayudando a mantener una temperatura de confort dentro de la vivienda, tanto en invierno como en verano.
• Disminuir las emisiones de gases con efecto invernadero: las calderas de gas, derivados del petróleo o carbón emiten gases en su combustión, principalmente CO2. También la producción de energía eléctrica lleva asociada emisiones de CO2. Un hogar bien aislado térmicamente contribuye a reducir el consumo de energía y, por tanto, la emisión de gases con efecto invernadero.
• Eliminar condensaciones y mejorar el aislamiento acústico: por un lado se eliminan las humedades interiores que suelen conllevar la aparición de moho y, además, se reduce el ruido procedente del exterior o de los propios vecinos.
• Añadir valor a la casa, el tener un buen aislamiento térmico es argumento positivo en caso de alquiler o venta, dadas las ventajas que ofrece.
• Generalmente el coste de más aislamiento se amortiza entre 3-5 años por los ahorros energéticos, y el aislamiento no necesita de mantenimiento durante toda la vida útil del edificio.
Por todo ello puede suponerse que el aislamiento térmico es una de las medidas más sostenible en los edificios. Es decir, aquellas que suponen avances en el desarrollo de la sociedad, de una forma eficiente, ganando en confort y sin atentar contra el medio ambiente. En la edificación, el aislamiento térmico cumple los tres requisitos: ahorro de energía, disminuye las emisiones de CO2 y aporta más confort a los habitantes de una vivienda.
Así que siempre que se pueda tenemos que aislar nuestra vivienda, o si vamos a comprar una nueva. exigir que esté aislada. Cualquier gasto inversión que necesite, será amortizado en pocos años y ganaremos en comodidad en nuestro hogar.