El ajo es un ingrediente que encontraremos en prácticamente todas las cocinas españolas. Deshidratado y en polvo también es bastante utilizado pero todavía hay un importante grupo de cocineros caseros que no lo usa. Y es posible que sea así por desconocer algunas de sus ventajas.
Aquí van algunas que se me vienen a la cabeza.
El ajo deshidratado sabe a ajo, pero de una forma especial. Es por lo tanto parecido pero no idéntico al ajo y con él estaremos disfrutando de sabores nuevos, para muchos, más elegantes que los del ajo crudo o frito. Se trata de un producto de muy larga vida que podremos conservar en casa durante años. Un ajo en polvo muy viejo puede perder aroma pero difícilmente puede estropearse. Un poco de ajo en polvo es mucho, por lo que un frasquito es suficiente para hacer un montón de guisos. Se puede espolvorear sobre un los alimentos, ya sea un pescado al horno, una pasta italiana o una carne. Se puede consumir tal cuál, sin necesidad de cocinarlo pera también se puede añadir a salsas, se puede sofreír (poco) y se puede hornear. Si quieres saber más sobre el ajo en polvo, pues leer este artículo de cocinista: http://ow.ly/1kAV30m2M9E http://ow.ly/i/ICVkl