Revista América Latina

El alcalde mitomano…

Por Gmoperu
EL ALCALDE MITOMANO…
Una caricatura de un ladrón que miente para aparentar lo que no sabe, lo que no es

La mitomanía es una enfermedad (y la política puede que otra). La mitomanía es el nombre que se le da al padecimiento que sufre aquella persona que miente sin parar y sin poder evitarlo. Aunque la mitomanía, en realidad, es la única enfermedad que no padece o sufre el enfermo, más bien la disfruta.Debe quedar claro que el "mitómano" (afectado de mitomanía) miente continuamente, venga o no a cuento. Es decir, la diferencia con alguien sano, como usted o yo, es que nosotros lo hacemos, lo de mentir, según nos interese y según nuestros intereses. Otra cosa que debe quedar clara, es que la mentira es a las relaciones sociales como el aceite al motor de un coche, algo imprescindible para que no se queme la culata, ni se rompa el cigüeñal.Pero en el caso del alcalde mitómano, la mentira es el pan nuestro (suyo) de cada día. "Suyo", porque es él quien miente, y "nuestro", porque somos nosotros quienes tenemos que comulgar con sus ruedas de mentira. Si quienes estamos sanos mentimos según convenga, lo mismo que giramos el volante al llegar a una curva, los mitómanos mienten, aparentemente, sin ningún sentido concreto.La mitomanía es pues una "caricatura" del gremio de los políticos en general, sobre todo, si viven de la política. Y no se dice esto, únicamente, porque el político mienta antes de las elecciones, durante las elecciones y después de las elecciones. Se dice porque en política hay demasiados, muchedumbre, que mienten como el mitómano, tratando de crear un mito en torno a su persona, a sí mismos.Pero como el político no está enfermo, une a sus mentiras, por un lado los autoengaños (miente hasta el punto de creerse sus propias mentiras), y por otro las coces a quienes le puedan "hacer la competencia" (si en el país de los ciegos el tuerto es rey, metámosle el dedo en los ojos al compañero).


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