Revista Libros
Simão Bacamarte, el alienista.
Debo a Miguel, de las islas Baleares, y Jony Benítez, de España continental, dilectos colegas y bloguistas ellos, la noticia del relato espléndido de Joaquim Machado de Assis (Brasil, 1839-1908). Y es necesario que sea efusivo el agradecimiento por tal noticia.
Pues "El alienista" no es sólo una obra muy disfrutable y de fija recordación, además de poseedora de fino humor e inteligente sátira sobre la escena costumbrista del Brasil colonial del siglo XIX, sino una brillante metáfora sobre muchos de los despropósitos de la psiquiatría y sus confusiones y también sus miserias.
Como dice Tola de Habich, prologuista de una reciente edición mexicana de 'El Alienista':
"El alienista muestra en sus pocas páginas un resumen de las principales preocupaciones no exteriorizadas de Machado de Assis. La identidad, la separación entre lo normal y lo anormal, la lucha y los trasfondos políticos, la relación matrimonial, la amistad, las preocupaciones sociales, el dinero, el status."
"La historia, en su línea central, resulta graciosa y simple: un médico brasileño, graduado en Lisboa, rechaza las propuestas de ser médico de la corte o catedrático universitario para regresar a su pueblo natal y dedicarse al estudio y la experimentación científica. Su especialidad es la psiquiatría. Con el fin de estudiar y remediar los males de la locura, construye un manicomio, la Casa Verde, en la más bella calle de Itaguaí, y se le abren cincuenta ventanas, pintadas de verde en cada cara del edificio. Con la subvención del Ayuntamiento y el pago de los internados pudientes, se inicia la gran obra. Pero adicinalmente a la línea argumental principal, Machado de Assis le va creando una serie de envolturas -que ahora suele llamarse la técnica narrativa “cebolla” o “reloj de arena”- para crear un denso y subterráneo mundo de conflictos humanos y sociales. A pesar de que haberse calificado la obra como precursora de la antipsiquiatría -“el loco es loco porque así se le define”-, El alienista es algo más, bastante más que una historia médica."
"El lector sonríe ante lo que le van contando con un tono amable, elegante, sin altibajos, suave e inalterable, sin exclamaciones o juicios morales, en lo que todo se desenvuelve como si fuera una broma. Pero al final resulta que el loquero era .... Y se cierra el libro."
Muy reveladora -como botón de muestra- es la escena en que parte del pueblo se amotina a las puertas del manicomio y el Doctor Simão Bacamarte, el alienista, emerge hierático a su alto balcón para dirigirse a la masa que cuestiona su proceder y sus métodos:
"Señores míos, la ciencia es cosa seria y merece ser tratada con seriedad. No doy razón de mis actos de alienista ante nadie, excepción hecha de los maestros y de Dios. (...) Podría invitar a algunos de ustedes, en representación de los restantes, a venir conmigo para ver a los dementes recluidos; pero no lo hago porque sería darles la razón de mi sistema, lo que no haré ante legos ni rebeldes."
Ejem... ¿Déjà vu?
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(Las ilustraciones son de la versión en historieta de 'O Alienista', por Fábio Moon y Gabriel Bá).
ENLACES:
- Lea "El Alienista" -sin descargar- desde Ciudad Seva.
- Miskolci R. Machado de Assis, o outsider estabelecido. Sociologias (Porto Alegre) 2006; 15. doi: 10.1590/S1517-45222006000100013 (En portugués)
- Otra versión de la obra y comentarios, en uno de los blogs de Tola de Habich: 'Dando vueltas por el mundo.'