Revista Cultura y Ocio

El almuerzo en la hierba de Marcel Proust en el periódico La Vanguardia

Publicado el 18 noviembre 2013 por Hermidaeditores
Ayer pudimos leer en la edición impresa de La Vanguardia un reportaje que le dedican al libro El almuerzo en la hierba de Marcel Proust que acabamos de publicar, bajo la edición y prólogo de Jaime Fernández escritor de ensayo y especialista en literatura comparada que mantiene el blog www.enlenguapropia.wordpress.com, y traducido por María Teresa Gallego y Amaya García.
Enlace al libroEl almuerzo en la hierba de Marcel Proust en el periódico La VanguardiaPortada El almuerzo en la hierbaHermida Editores, Octubre 2013
El almuerzo en la hierba de Marcel Proust en el periódico La Vanguardia
CULTURAVuelven los ecos proustianos cuando se cumple un siglo del primer volumen de 'En busca del tiempo perdido'

Un siglo por donde vive Swann

EDICIÓN IMPRESA  CULTURA | 17/11/2013 - 00:00hNÚRIA ESCURBarcelonaHace ahora cien años se publicaba Por donde vive Swann (o Por el camino de Swann), el primer volumen de los siete que componen el ciclo novelístico de Marcel Proust En busca del tiempo perdido. En honor a ese aniversario sale a la venta El almuerzo en la hierba (Hermida Editores), una selección de pensamientos de la gran obra proustiana, con traducción de María Teresa Gallego y Amaia García.

"Al lector de hoy le interesará la capacidad de Marcel para pensar por sí mismo, sin lugares comunes"


¿Por qué ese título? El almuerzo en la hierba está tomado de la metáfora que emplea Proust para expresar que las obras de arte sobreviven a la muerte de su autor. Supone que las generaciones futuras celebrarán reviviendo sobre sus obras su particular "almuerzo en la hierba" sin preocuparse "por los que duermen debajo". Proust se inspiró para ello en el cuadro de Manet titulado Almuerzo sobre la hierba (1863).
Se trata de abrir al lector la posibilidad de acceder al complejo pensamiento de Proust, siguiendo un orden temático que incluye todos los temas que le obsesionaron, desde la memoria al hábito, el amor, los celos, las relaciones sociales, la homosexualidad, el arte, los sueños o la enfermedad. "Al menos en el mundo de habla hispana es la primera vez que se ofrece un libro de estas características, siendo también la primera traducción de buena parte de su obra en los últimos diez años", explica su editor, Alejandro Roque Hermida. 
Planeado como aliciente para quienes no hayan leído la gran novela de Proust y bálsamo para quienes ya la conocen, el volumen es una inmersión en el universo proustiano. "Proust era un pensador agudo, con un mundo riquísimo -puntualiza Roque Hermida- donde su experiencia vital se entremezcla con su concepción del arte". 
Para Proust, la única verdad válida, por tanto merecedora de rescatar el olvido, es la misma que recuperó a Iván Ilich (el personaje de Tolstói) antes de morir: la verdad de las sensaciones físicas. Eso es lo que le permite desenmascarar las mentiras morales. 
La edición de ese primer volumen tuvo que costearla el propio Marcel Proust por su cuenta -en editorial Grasset- tras ser rechazado por otras editoriales más importantes. Sin embargo, el segundo volumen -A la sombra de las muchachas en flor- fue galardonado con el premio Goncourt. Cosas del mercado editorial. 
No resultaba un autor fácil. "Por donde vive Swann fue rechazada, en primer lugar, porque con esos párrafos largos de Proust el autor se apartaba de la tradición estilística de la prosa francesa, en la que predomina la frase corta", explica Jaime Fernández Martin -quien se ha encargado de la selección de los pensamientos que se recogen en este libro- "y por ser tan prolijo en análisis de sensaciones y en estados de conciencia en detrimento de la acción"
Para sus contemporáneos resultaba una modo de novelar desconcertante."Leer a Proust siempre ha sido un desafío. Es un autor exigente que requiere un alto grado de concentración", puntualiza Jaime Fernández, admitiendo que la frase proustiana, tan larga y tan plagada de incisos, puede chocar al lector actual.
El protagonista de En busca... el Narrador Marcel -no confundir con el mismo Marcel Proust- enfermo de asma, pasa una estancia estival con su abuela materna en Balbec -localidad también ficticia de la costa normanda- donde veranea la alta sociedad parisina. Allí conocerá a su amante, Albertine Simonet. Esa es la atmósfera en la que empieza a destilarse un viaje que va de la ingenua ignorancia de la adolescencia y la juventud al conocimiento final.
El personaje del libro, Marcel, es un tipo sensible, dotado de una imaginación viva, observador atento de cuanto le rodea y de las sensaciones que suscitan sus vivencias. "Al lector de hoy va a interesarle su capacidad para pensar por sí mismo, sin lugares comunes -insiste Fernández- y de escarbar en esas sensaciones cotidianas que, por pereza o costumbre, dejamos de lado sin atrevernos a desmenuzar".
En el libro que celebra los cien años de ese inicio de viaje, los lectores encontrarán todas las pasiones humanas y análisis psicológicos muy incisivos. El ideario de Proust, al completo, que bien podría partir de una de sus máximas: "la verdad cambia tanto para nosotros que a los demás les cuesta hacerse cargo".
¿Qué leía Proust? Fue lector de los grandes moralistas franceses, de Montaigne a Bruyère -quizá quien más le influyó- pasando por La Rouchefoucauld. Es así como se convierte en perspicaz analista de comportamientos humanos -privados y sociales- y así como logra percibir los profundos cambios sociales que, tras la Primera Guerra Mundial, alteraron el mapa de clases en Europa. 
Proust murió el 18 noviembre de 1922, meses antes de que hubiera dado por concluida su obra. Siguen persiguiéndonos sus análisis sobre el amor y los celos y el revulsivo espiritual y estético que representó para el Narrador el hallazgo de la memoria involuntaria. "Y aunque podría parecer que sus reflexiones sobre la creación literaria -concluye Fernández- no deberían interesar mucho al lector común, Proust las ofrece para que comprendamos que la literatura es imposible si no está inmersa en la vida".

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