La discusión histórica sobre qué predomina más si el ambiente o los genes sigue en pie. Tras los grandes descubrimientos sobre genética del siglo XX y el casi completamiento del mapa del genoma humano y de los genomas de otras especies, los genes siguen sin explicar muchas cosas, dado que compartimos una gran cantidad de material genético, incluso con organismos muy sencillos como las moscas o los gusanos.
La ciencia avanza pues de la genética hacia la epigenética, volviendo de nuevo la vista al papel que el ambiente tiene ya no solo sobre nuestra vida y nuestra salud, sino incluso sobre aquellos genes que se activarán o no en el proceso de concepción y reproducción.
El útero, el primer ambiente de la vida humana, tiene un importante papel en nuestra formación, nuestra salud e incluso nuestras enfermedades futuras.
Sobre eso habla mi post de noviembre para El Club de las Madres Felices.
