Revista Opinión

El amigo error

Publicado el 24 mayo 2011 por Carmentxu

En los países mediterráneos el error es imperdonable. Quien lo comete carga con él el resto de su vida y recobrar la confianza perdida es entonces una lucha desigual en la que se parte con desventaja. Ese pánico a la derrota, al fracaso que estigmatizará las acciones futuras se traduce entonces en inmovilismo, conservadurismo y en ese tan castizo sentido del ridículo que abotarga cuerpos y mentes y que nos aboca a no asumir riesgos, sean o no necesarios.
En la cultura anglosajona esto no ocurre. Al contrario. Los errores son esos compañeros de viaje que están ahí en los peores momentos y que ayudan a aprender y a esforzarse para hacerlo mejor la próxima vez o, al menos, utilizando una nueva fórmula, alientan la curiosidad y el espíritu de superación. Equivocarse es sinónimo de haberlo intentado y, por tanto, de tener experiencia en el tema, que siempre es un grado. Es una oportunidad de mejora que no se aprende en las facultades ni en las escuelas de negocio. “Si no te equivocas de vez en cuando, quiere decir que no estás aprovechando todas las oportunidades”, dice Woody Allen.
El amigo errorHoy, pasada la resaca electoral, abotargados aún los ánimos, ya tenemos culpable de la debacle socialista y no es nadie en concreto, qué suerte: es la crisis. Es como echar la culpa de una inundación al cambio climático, como si éste se produjera porque sí y sin tener en cuenta que la contaminación provocada por el hombre es la que está provocando ese cambio. Otros países occidentales han sufrido también la crisis, tanto o más que aquí, y no se ha producido el crack, algunos incluso están saliendo de ella. Pero si el diagnóstico falla, fallarán también las medidas a tomar. La crisis no es la causa del estrépito de platos rotos de la caída del PSOE, es el síntoma, la consecuencia. El partido del Gobierno se alejó de sus votantes hace tiempo, cuando las mieles del poder resultaron más dulces, y continuó haciéndolo negando lo evidente cuando la crisis enseñaba sus fauces y hasta un niño al que le negaran la PS-3 porque no hay dinero podía verlo, allá por 2008. Al PP le había ocurrido algo bastante similar en los días siguientes al 11-M de 2004. Como Judas, negó tres y todas las veces que hicieron falta. Pero el error está mal visto y la clase política sigue negándolo e imposibilitando así cualquier aprendizaje de él, ya sea propio o ajeno.


Volver a la Portada de Logo Paperblog