[6/10] En un pueblecito de Normandía, Tony y Angèle tienen una cita a ciegas… porque sufren el peso de la soledad y la necesidad de afecto. Él es pescador y se ocupa de su madre desde que quedara viuda hace meses. Ella está en libertad condicional tras dos años de cárcel, y lucha por obtener la custodia de su hijito y recomenzar su vida. “El amor de Tony” es la radiografía emocional de dos personas que sienten el paso del tiempo y las heridas que la vida les ha deparado. Tony, a pesar de su aparente dureza de corazón, necesita tener alguien al lado y no se conforma con una relación sexual. Angèle sólo quiere recuperar a su hijo, aunque para ello tenga que robar, prostituirse o hacer un matrimonio de conveniencia… Son dos vidas que quieren coger el que puede ser el último tren de la vida, y que intentan convertir un contrato mercantil en un compromiso de amor.
Relegada en el título de la versión española, el amor de Tony se llama Angèle… auténtica protagonista de la historia. Y el amor de Angèle se llama Yohan, aunque el tiempo y las atenciones pueden hacer que su corazón se agrande y vuelva a bombear sentimientos profundos. De fondo, uno arrastra el cadáver de un padre trágicamente desaparecido en el mar, y otro un marido muerto de manera accidental y en oscuras circunstancias. Son dos fantasmas que han dejado en sus almas un vacío que a uno le lleva a esperar que aparezca alguien, y a otro a huir (en bicicleta) hacia adelante… con la única y obsesiva idea de rehacer su vida con un hijo esquivo (gran secuencia de madre e hijo, separados por una puerta en el colegio). Parecen polos opuestos en cuanto a planteamientos y modos de relacionarse, y en cambio son como dos gotas de agua que necesitan cariño… aunque a veces no lo demuestren. Son el plano y el contraplano de una misma realidad que lucha contra el fantasma de la pérdida y que trata de abrirse paso en la soledad.
Alix Delaporte hace avanzar la trama con buen pulso, manteniendo en suspenso alguna información del pasado que explica el estado emocional de los protagonistas, no teniendo prisa para que encuentren la brújula de sus sentimientos y para sus almas entren en sintonía. Poco a poco, Tony descubre –y el espectador con él– las heridas del alma de Angèle y aprende a quererla en su desgracia, mientras que ella evoluciona desde la torpeza sexual hasta dejar que se vea su dolor y sentir que Tony no la quiere como objeto de placer. De esta manera, el enamoramiento llegará por caminos insospechados y teniendo que superar la desconfianza inicial, y el compromiso será posible gracias a la matizada caracterización los personajes, y también a la honda y convincente interpretación de Grégory Gadebois y de Clotilde Hesme. Ellos hacen posible que dos caracteres tan opuestos en sus predisposiciones lleguen a congeniar, y que su desarrollo no parezca la exigencia de un guión increíble.
Excelente es la fotografía de Claire Mathon que logra recoger el ambiente del puerto pesquero y que respiremos el aire de la Bretaña, y también esas notas de piano de Mathieu Maestracci que transmiten la sensación de desamparo y de dolor interior. Una historia de amor atípica, ejemplo del mejor cine francés que mira a los personajes y a sus emociones contenidas, que recoge una dura realidad para dejar abierta la puerta a la esperanza de aquellos que, como Tony y Angèle, salen a pescar afectos porque su corazón llora en soledad. Heredera del cine humano y social de los hermanos Dardenne –hay un conflicto pesquero, no desarrollado–, obtuvo el Premio de la Crítica en la Mostra de Valencia.
Calificación: 6/10
&En las imágenes: Fotogramas de “El amor de Tony”, película distribuida en España por Absolut Media Films © 2010 Lionceau Films. Todos los derechos reservados.
Publicado el 11 Julio, 2011 | Categoría: 6/10, Año 2011, Críticas, Drama, Francia
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