Revista Viajes

El Anfiteatro de Djem, Túnez

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros

Viendo pasar los siglos, el mayor anfiteatro que construyó el Imperio romano fuera de Italia es el de la ciudad de Thysdrus, provincia de Djem, en la actual Turquía; y que supone uno de los monumentos más visitados de este país africano. Construido tardíamente en el año 238 d.C. por el procónsul Gordiano y bajo el mandato del emperador Maximino el Tracio, este anfiteatro tenía capacidad para 35.000 espectadores, siendo el cuarto más grande del mundo, por detrás del Coliseo de Roma y los anfiteatros de Capua y Pozzuoli; todos italianos.

A imagen del Coliseo romano

El de Djem es el único Anfiteatro donde el visitante puede sentarse en sus gradas e imaginar, de la manera más fácil posible, qué sentía un ciudadano del Imperio romano cuando asistía estas concurridas fiestas de juegos de circo. Y es que estamos hablando del Anfiteatro romano mejor conservado del mundo, debido probablemente a que se encuentra, como decíamos, lejos de las fronteras italianas y lejos, de esta manera, de las cruentas guerras que en esta península acaecieron.

Con sus 35.000 espectadores, que decíamos, jaleando a gladiadores y corredores, este magnífico exponente de la grandiosidad de Roma simbolizaba, de esta manera, aquel proceso que los historiadores denominan "romanización", consistente en trasplantar la cultura romana a cada provincia del Imperio con el fin de sustentar socialmente lo que ya era muy difícil sustentar mediante las armas. Así, por todos los rincones del Mediterráneo se reprodujeron, a imagen calcada de Roma, foros, teatros, anfiteatros, etc., que servían para que el habitante de turno de estas ciudades se sintiese partícipe de la magna urbe aunque  ésta se encontrase a centenares de kilómetros.

Así fue que los romanos llevaron a Djem este gran Anfiteatro del que es imposible decir que no se construyó a imagen y semejanza del gran Coliseo que construyó Vespasiano más de cien años atrás que éste. Sus medidas son parecen ser, de hecho, a escala: si el Coliseo de Roma mide 189 metros de largo por 156 de ancho, el de Djem tiene 147,9 metros y 122 respectivamente. En cuanto a la arena, la de ambos es aún más parecida: el Coliseo romano tiene un óvalo interior de 75 por 44 metros, y el de Djem, 64,5 por 38,8 metros.

Su conservación hasta ahora

Si por algo destaca el Anfiteatro de Djem es, como decíamos, por su gran estado de conservación. Se supone que se mantuvo intacto hasta el siglo XVII, cuando, según la tradición árabe, a partir de 1695 se comenzó a demoler la fachada exterior. Aún así, en la actualidad se conserva casi la totalidad de las gradas y los arcos, así como los fosos de los leones y un sistema muy elaborado de canalizaciones y cisternas para la recogida del agua de lluvia. Ello hizo que fuese declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979, y que sea en la actualidad uno de los monumentos más visitados de África y una visita obligada si viajamos al hermoso país de Túnez. Como última curiosidad, podemos decir que el Anfiteateatro de Djem fue escenario de algunas tomas que Ritley Scott rodó para su película Gladiator. 


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