Leyendo el maravilloso libro de Maria Konnikova, El gran farol, recientemente publicado en español por Libros del Asteroide, me he encontrado con una descripción de cuando John von Neumann, todavía no tan famoso, quiso saltar la banca en el casino de Montecarlo, se arruinó pero conoció a la que luego fue su segunda esposa, Klára Dán.
Klári Dán
Según cuenta Konnikova: “El hombre extraño está sentado a la mesa de la rulta. No es tanto su aspecto físico lo que llama la atención: pelo negro engominado, entradas pronunciadas a la altura de las sienes, gesto de concentración, tupidas cejas que no tienen nada que ver con las de los esperanzados jugadores que lo rodean. Se trata más bien de los enormes papeles que tiene frente a sí, cubiertos por líneas ordenadas de letras y números indescifrables; un compendio de algo parecido al orden en mitad del caos del juego. Para Klari, ejerce una atracción innegable. Ella siempre ha tenido habilidad para las matemáticas. Se acerca a echarle un vistazo.”
Klári es Klara Dan, a la sazón acompañad de su tercer marido. Se presentan (Johnny, lo llama ella) le cuenta que tiene un sistema para ganar en el juego, un sofisticado cálculo de probabilidades en el que ha incluido un parámetro para calcular la posibilidad de que la casa haga trampas. Klári se va a tomar unos cócteles mientras Johnny apuesta y lo pierde todo. Es entonces cuando se acerca a ella y se sienta a su mesa. A la copa invita Klári, Johnny se ha quedado in blanca.
Las consecuencias de est encuentro serán importantes, para la vida de los dos personajes (Klári se divorcia de su tercer marido y se casa con John, divorciado de su primera esposa, Mariette Koevesi), y para las matemáticas y la ciencia.
Klári y John von Neumann
Pero expliquemos quién era esta mujer que tanto impresionó a von Neumann. Klári nació en Budapest el 18 de agosto de 1911, hija de Károly Dán y Kamilla Stadler, en una familia de buena posición económica. Cuando se instauró en Hugría una república soviética (la de Béla Kun), se trasladaron a Viena, volviendo a Budapest al término de esa etapa política comunista. Dán fue un personaje con cierta popularidad, por ejemplo fue campeona nacional de patinaje artístico. Se casó con Ferenc Engel en 1931 y con Andor Rapoch en 1936, y fue tras su encuentro en Montecarlo cuando contrajo nuevas nupcias en 1938 con von Neumann.
Marchó a Estados Unidos, a Princeton, en compañía de John, cuando éste fue llamado a Los Álamos para el proyecto Manhattan, ella continuó en Princeton, y aunque no tenía estudios más allá del bachillerato, trabajó en proyecciones demográficas en la Oficina de Investigación Demográfica de la universidad. Rápidamente fue ascendida, aunqu rechazó la oferta de un puesto académico en la universidad.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se trasladó también a Los Álamos donde ayudó a von Neumann en la programación de la máquina MANIAC I, y luego en el ENIAC. Klári fue una de las pioneras en estas tareas. De hecho, los primeros programas que se ejecutaron en el ENIAC en su nueva forma fueron escritos por Klári, y eran simulaciones de lo que se llama ahora método de Montecarlo, para calcular las trayectorias de los neutrones a través de una bomba atómica.
La muerte de Klári fue trágica. Tras el fallecimiento por cáncer de von Neumann, se casó con el oceanógrafo Carl Eckart en 1958 y se trasladó a La Jolla, California. En 1963 se dirigió a la playa y se metió en el mar hasta ahogarse. Su muerte fue oficialmente calificada de suicidio. Desde hacía años padecía fuertes depresiones cada vez más fuertes. Solo recientemente se le ha dado a Klári Dán el mérito que tuvo en la programación. Aunque la invención del método de Montecarlo se asigna a Stanislaw Ulam y a John von Neumann, no cabe duda de que las aportaciones de Klári fueron esenciales.
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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).