El cutre-anuncio empieza como todos los spots de la década de los 90, con una madre dándole una rica asquerosa-merienda a sus cutre-hijos. A primera vista parece un cutre-producto, la típica mierda que creaban en aquel entonces para captar a los pequeños de la casa, pero resulta que conforme va pasando el anuncio descubrimos que la mierda se la metían los creativos que crearon esta diabólica campaña.
No perdáis detalle, porque en esta pieza histórica veréis lo que nunca se ha de hacer en publicidad, como por ejemplo, transformar niños en monstruos que se zampan otros niños, mostrar niñas potando mierda verde o asesinar madres atravesándoles el pecho. Como no podía ser de otra manera, la campaña fue censurada antes de lanzarse y nunca se vio en televisión, así que aprovechad esta ocasión y no os quedéis sin verla.
Gracias Hugo Gómez por descubrirme esta pedazo pieza.