La vigilia del sueño me envía tus palabras cargadas de cariño. Palabras, que mi subconsciente convierte en una melodía llena de deseo y en mensajes envueltos en notas de jazz que despiertan mi libido. Me doy la vuelta buscándote, con la necesidad de tocarte y sentirte más cerca, pero ya no estás. Sin embargo, una leve luz que marca las horas y, se empeña en recordarme olvidadas palabras de amor, me dice que no eres tú la compañera de mis inesperadas pasiones nocturnas, sino un pequeño aparato de radio digital que desprende historias de amor en mitad de la noche. Un aparato de radio que me recuerda cuál fue el veredicto final de mi particular condena.Microrrelato de Ángel Silvelo Gabriel
Revista Arte
La vigilia del sueño me envía tus palabras cargadas de cariño. Palabras, que mi subconsciente convierte en una melodía llena de deseo y en mensajes envueltos en notas de jazz que despiertan mi libido. Me doy la vuelta buscándote, con la necesidad de tocarte y sentirte más cerca, pero ya no estás. Sin embargo, una leve luz que marca las horas y, se empeña en recordarme olvidadas palabras de amor, me dice que no eres tú la compañera de mis inesperadas pasiones nocturnas, sino un pequeño aparato de radio digital que desprende historias de amor en mitad de la noche. Un aparato de radio que me recuerda cuál fue el veredicto final de mi particular condena.Microrrelato de Ángel Silvelo Gabriel
Sus últimos artículos
-
Un delicado equilibrio de edward albee bajo la dirección de nelson valente: la familia es el infierno
-
La madre de florian zeller en el teatro pavón: la dualidad de la ausencia, la soledad y el olvido
-
Agota kristof, claus y lucas: la crueldad humana gobernada por un mundo en guerra
-
Deje que el viento hable, bajo la dirección y dramaturgia de irina kouberskaya: la memoria y el viaje de la vida