Revista Música
Ah… el aplauso.
¿Cómo explicar los ejemplos de las presentaciones de Liszt o de Mozart donde la gente respondía con aplauso sin preocuparse mucho?
Bueno, yo tengo una hipótesis.
Tal vez en esos tiempos podíamos considerar que la música clásica, tenía que cumplir con dos papeles: el ser “entretenimiento” y ser arte.
Y aquí es donde surge esa horrible y siempre detestada separación:
Música de arte / Música de entretenimiento
Hoy podemos notar que la música popular, normalmente comprendida dentro del “entretenimiento”, posee conciertos donde la gente puede hacer lo que quiera. Todos pueden estar gritando durante todo el tiempo en un concierto de rock y no importa. Hoy, la música clásica es presentada exclusivamente como arte. Podríamos entonces establecer que el aplauso y cualquier otra reacción sonora del público (a veces cantan al mismo tiempo que el intérprete) están asociadas exclusivamente con la “música de entretenimiento” hoy en día.
Lo que muchas veces causa problema en esta separación, son unas deducciones falsas que se generan a partir de ella: La música de arte no puede ser entretenida y La música de entretenimiento no puede ser artística.
Podemos entonces, para más comodidad, considerar la separación música clásica (con esencia de arte) y música popular (con esencia de entretenimiento). Con esta clasificación yo no tengo problemas; tanto la música clásica puede ser entretenida como la popular puede ser artística; pero bien todos conocemos las diferencias entre ellas.
De esta manera puedo decir mi hipótesis de otra manera más divertida: En aquellos tiempos se aplaudía y se gritaba en los conciertos de Liszt y Mozart porque el público no tenía conciertos de rock o pop para hacerlo.
Una solución obvia para la falta de público en la música clásica (hoy) podría ser entonces, recuperar ese espíritu de entretenimiento de las obras; permitiendo la libre expresión de los espectadores.
¿Por qué no?
Pues yo pienso que la música clásica llevaría las de perder frente a la música popular, la especialista en entretenimiento. Popularmente siempre se estará por debajo de los conciertos de rock o de hip hop; los cuáles son enormes fiestas de sonido producida por el público. Además, si comenzáramos a acostumbrar al público a “entretenerlos” con música clásica, muchas obras no podrían funcionar jamás: las obras de arte musical que no son “entretenidas” (quiero decir, que no son entretenidas para el público general, pero claro que sí para un apreciador de música de arte).
Ah… Leyendo el párrafo anterior, creo que sigo pareciendo bastante elitista ¿o no?
En fin… yo pienso que se debe de tener cuidado en eso del aplauso, parece una medida tan simple, obvia y justa… pero no hay que confiarse.