Revista Infancia

El aprendizaje por relación en los bebés y los niños

Por Celia Garabaya @britishbubbles

niño aprende relacionando su cerebroA pesar de los estudios e investigaciones realizadas. Podemos concluir, que el cerebro humano es un total desconocido. Nuestros sistemas aun dejan mucho que desear, para conseguir conocer de verdad al ordenador que nos dirige. Aunque poco a poco vamos descubriendo más cosas sobre su funcionamiento. Uno de los puntos más curiosos para estudiar, es el proceso que lleva a un bebé a convertirse en un adulto que es capaz de controlar su propio cerebro. Hoy queremos ver uno de los modelos más importantes en el aprendizaje de todas las personas y que se utiliza en todo su esplendor cuando somos bebés. Se trata del sistema de relación. Veamos como actúa el cerebro y los bebés cuando tienen que realizar desarrollos tales como el aprender a hablar, andar…

El aprendizaje en los bebés y los niños.

La fase de bebé es la que conocemos desde el nacimiento hasta más o menos los 12 meses de vida del niño. Y es hasta los 3 años que podemos considerar que son niños de educación infantil. Y es a partir de los 3 años de edad cuando se produce un punto de inflexión en el aprendizaje de los niños. En verdad, más que en el proceso cerebral de los niños, el cambio se produce en los métodos que utilizamos los adultos para conseguir que aprenda y desarrolle su cerebro más. Aunque no es un proceso natural. Podemos decir que cuando se formo el cerebro, su forma de almacenamiento y ejercicio, está basado en la información que recibe de su exterior por relacionarse con su entorno. Aunque tengamos la capacidad de aprender leyendo nueva información no es el sistema inicial de los seres humanos. Ha sido modificado con los miles de años que han pasado.

Trabajamos el desarrollo cerebral del niño.

Los bebés y los niños tienen muchas formas de aprender y almacenar nueva información que más adelante le puede ser útil. O simplemente por satisfacción, veamos que el ser humano, es el único animal, que aprende por mera diversión, para ampliar su conocimiento. Algo que evidentemente nos hace más humanos.

Aunque el aprendizaje en las primeras fases de vida, siempre ha sido un gran quebradero de cabeza para los investigadores del cerebro. Y que por desgracia, aun tan solo tenemos una pequeña información sobre el tema. Veamos algunas pautas que tenemos para que los niños

aprender mirando
desarrollen su cerebro.

El juego, es uno de los sistemas básicos que tiene nuestro cerebro para recordar la información que recibimos de nuestro alrededor.

Prueba y error. Los niños lanzan juguetes, los muerden, les dan golpes… Y la mayoría lo que piensa es que los niños tienen un espíritu destructivo. Lo que hace que pensemos que los seres humanos somos violentos y con malas ideas. Algo que dista mucho de la realidad, ya que todo eso lo hacen tanto los bebés como los niños. Con una serie de objetivos. Probar y ver como actúa cada uno de los objetos con los que tiene el niño relación. Llegará un momento, en cuanto sea capaz de entenderlo en que no necesitará de su “violencia” para entender su funcionamiento.

La repetición, también es uno de los puntos más importantes para conseguir que el niño pueda acceder a esa información después de un tiempo. Seguro que en más de una ocasión has pensado que los niños pueden llegar a ser muy repetitivos. Todo tiene su razón. Piensa que nuestro sistema es tan complejo que nada es por azar.

Para acabar hoy, aunque existen un gran número más de métodos y fundamentos que conocemos sobre el aprendizaje y el desarrollo cognitivo en los niños. Tenemos el sistema de relación. El cual lo explicaremos más profundamente a continuación.

El sistema de relación.

Hoy nos ocupamos del sistema de relación y su importancia en el aprendizaje y desarrollo del cerebro infantil. Aunque no lo pensemos muy a menudo. La verdad es que el proceso de aprendizaje al que estamos sometidos hasta los 3 años de edad. Es increíble. En tan solo 3 años de vida, el niño, va a pasar de ser incapaz de sujetar su cuello, a controlar sus manos con una precisión superior a la de cualquier animal. Pero, además será capaz de emitir sonidos para comunicarse muy complejos.

La relación es la clave en el desarrollo de cualquier lenguaje. Los niños desde que nacen, tienen cinco sentidos como los adultos. Aunque tienen una capacidad muy curiosa, la de relacionar unos con otros para unificarlos en uno. Así tenemos que es posible el aprender a hablar un idioma en tan solo 3 años.

En los primeros años, hay dos sentidos que están muy vinculados en particular. Se trata de la vista con el oído. Los bebés desde que nacen, están escuchando sonidos. Llegará un momento en que los niños sean capaces de discernir entre ruidos, canciones, papá, mamá, un idioma u otro… Al mismo tiempo, siempre que están escuchando están sometidos a miles de impulsos de imágenes. Con lo que día tras día, los niños van escuchando algunas palabras más que otras, así como el “no” con los gestos que le hacemos de la cabeza, o del dedo. El niño primero entenderá que esos gestos los puede relacionar con lo que está escuchando. Ya que siempre que escucha “no” ve como hacemos lo mismo con la cabeza. Esta es la primera relación que hacen el “no”. Pero con las semanas y los meses. Los niños cada vez son más capaces para entender más palabras. Y según van aumentado su vocabulario, el rompecabezas se va completando. Hasta que tenga capacidad suficiente para pedir una explicación y entenderla.

En el lenguaje es el mejor ejemplo de aprendizaje por relación de los bebés y los niños. Aunque en verdad está presente en todas las áreas de los niños. Así por ejemplo, vemos el caso en los niños que van a guardería, o que tienen hermanos mayores. Aunque no se relacionen mucho con ellos, siempre tendrá un ejemplo en el que fijarse. Como para andar, como para coger algo, para manipular a los padres y mil cosas más.

Un sistema científico.

Cuando vemos a un niño trabajando y aprendiendo de ésta forma. No nos sorprende para nada. Y lo vemos algo natural. Pero, no nos damos cuenta del nivel de complejidad que tiene el proceso. De hecho, os invito a que leáis sobre los sistemas y métodos que tienen los científicos para investigar. Y os aseguro que os asombrareis de los parecidos que podréis encontrar en los sistemas que tienen los bebés y los niños frente al de los científicos.


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