«El Aquelarre de Goya: una obra maestra que desafió los límites de la censura y la represión en la España del siglo XVIII»
El pintor español Francisco de Goya es uno de los artistas más reconocidos e influyentes de la historia. Su obra abarca desde el neoclasicismo hasta el romanticismo, pasando por el realismo y el expresionismo. Entre sus creaciones más famosas se encuentran los retratos de la familia real, los grabados de Los caprichos y Los desastres de la guerra y las pinturas negras que decoraron su casa en la Quinta del Sordo.
En este artículo nos centraremos en una de sus obras más enigmáticas y fascinantes: El aquelarre. Se trata de un óleo sobre lienzo que pintó entre 1797 y 1798 por encargo de los duques de Osuna, unos mecenas ilustrados que poseían una colección de cuadros relacionados con la brujería. El aquelarre forma parte de una serie de seis pinturas que Goya realizó sobre este tema, junto con Vuelo de brujas, El conjuro, La cocina de los brujos, El hechizado por la fuerza y El convidado de piedra.
El aquelarre representa una escena nocturna en un paisaje desolado, donde un grupo de brujas ancianas y jóvenes rinde culto al diablo en forma de macho cabrío. El animal ocupa el centro del cuadro y extiende sus patas hacia dos mujeres que le ofrecen unos niños con los que se alimenta según la superstición popular. A su alrededor se ven otros niños muertos o agonizantes, colgados o tirados en el suelo. En el cielo se aprecia una luna menguante y unos murciélagos que vuelan formando una curva.
La obra es un ejemplo del estilo romántico de Goya, que busca provocar emociones intensas en el espectador mediante el uso del contraste entre luces y sombras, el colorido oscuro y apagado, las formas difusas y borrosas y la temática sobrenatural y terrorífica. Sin embargo, también tiene un trasfondo crítico y satírico hacia la sociedad española de su época, marcada por la ignorancia, la superstición, la opresión religiosa y política y la violencia.
Goya denuncia así el fanatismo y la intolerancia que llevaron a miles de personas a ser perseguidas o ejecutadas por supuestos delitos de brujería o herejía durante siglos. Al mismo tiempo, muestra su simpatía por las víctimas inocentes que sufren las consecuencias del poder arbitrario e injusto. El pintor se inspiró en las fuentes históricas sobre los procesos inquisitoriales contra las brujas, especialmente los ocurridos en el País Vasco a principios del siglo XVII.
El aquelarre es una obra maestra que combina belleza artística con profundidad conceptual. Es una muestra del genio creativo e innovador de Goya, capaz de plasmar su visión personal e irreverente del mundo que le rodeaba. Hoy en día se puede admirar esta pintura en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, donde forma parte del legado cultural español.
La caza de brujas en el País Vasco
La persecución, tortura y quema de brujas en el País Vasco durante la época de la Inquisición es una de las páginas más oscuras de la historia de esta región. Durante varios siglos, se acusó a cientos de mujeres de practicar la brujería y se les sometió a terribles torturas y castigos, muchas veces en nombre de la religión y la justicia.
A pesar de que la caza de brujas comenzó en Europa a finales del siglo XV, en el País Vasco esta práctica no se generalizó hasta el siglo XVI. Las acusaciones se basaban en testimonios de vecinos, a menudo impulsados por la envidia, la superstición o el miedo. Las mujeres acusadas eran arrestadas y sometidas a juicios injustos en los que se les obligaba a confesar mediante la tortura. Estas confesiones se utilizaban como prueba de su culpabilidad y muchas veces eran la única evidencia en su contra.
La Inquisición fue especialmente cruel en el País Vasco, donde se practicaron técnicas de tortura como la toca, la bota y el potro, que dejaban a las mujeres con graves lesiones físicas y psicológicas. Además, las condenas a menudo incluían la confiscación de bienes y la excomunión, lo que significaba la exclusión de la vida religiosa y social de la comunidad.
Las mujeres acusadas de brujería eran quemadas en la hoguera en una ceremonia pública, conocida como «auto de fe«, que a menudo se realizaba en la plaza principal del pueblo. La intención era demostrar que la Inquisición tenía el poder de castigar a los herejes y evitar que la brujería se propagara.
La persecución de brujas en el País Vasco tuvo consecuencias devastadoras para las mujeres y sus familias. No solo se les negó el derecho a un juicio justo y a la presunción de inocencia, sino que también se les privó de sus vidas, sus hogares y su dignidad. La caza de brujas en el País Vasco es una lección dolorosa sobre cómo el miedo, la ignorancia y el fanatismo pueden conducir a la injusticia y la crueldad.
Ejemplos de cazas de brujas en el País Vasco.
- En el siglo XVII, la Inquisición española comenzó una campaña de persecución de brujas en la localidad de Zugarramurdi, en la comarca de Baztan. Más de 4.000 personas fueron acusadas de brujería y 11 mujeres fueron quemadas en la hoguera.
- En el siglo XVIII, una mujer llamada María Ana de Urrutia fue acusada de brujería en la localidad de Mungia, en Bizkaia. Fue sometida a torturas y finalmente fue condenada a muerte en la hoguera.
- En la localidad de Getaria, en Gipuzkoa, una mujer llamada María de Etxetxikia fue acusada de brujería en el siglo XVII. Fue sometida a torturas y finalmente fue condenada a muerte en la hoguera.
- En el siglo XVII, la Inquisición española llevó a cabo una serie de procesos contra mujeres acusadas de brujería en la localidad de Elizondo, en la comarca de Baztan. Se sabe que al menos 14 mujeres fueron quemadas en la hoguera.
- En el siglo XVI, en la localidad de Ondarroa, en Bizkaia, una mujer llamada María de Zaldibia fue acusada de brujería y fue sometida a torturas. Finalmente, logró escapar y refugiarse en una cueva, donde murió de hambre y frío.