Revista Ciencia

El árbol de los pájaros

Por Naturalista
El árbol de los pájarosEstas ramas, plagadas de frutillas rojas, son ahora para innumerables pájaros un pasaporte hacia África. Las aves migradoras que cruzan por la cuenca mediterránea en su periplo hacia territorios de invernada del África subsahariana necesitan urgentemente abastecerse de energía para salvar dos grandes escollos: el mar y luego la vasta desolación del desierto más grande del planeta. Nuestros matorrales proporcionan a estos pájaros abundante combustible para tan extraordinario viaje, en forma de frutos fáciles de detectar por sus vivos colores y valiosísimos por su contenido nutritivo. Incluso pájaros insectívoros, como las currucas y los papamoscas, se vuelven frugívoros en estas fechas para aprovechar tan rica fuente de energía en su larga migración. Convertirán rápidamente los azúcares de estos frutos en reservas de glucógeno y grasa, y así, en pocos días, engordarán los pajarillos hasta la mitad de su peso, pudiendo de este modo volar sin pausa durante decenas de horas sobre los yermos campos de dunas del Sáhara, donde difícilmente hallarán ocasión de reponer fuerzas.
El árbol de los pájarosHe aquí a uno de estos viajeros, un papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), en este caso un macho en plumaje de cría. Los inquietos papamoscas se ven fácilmente en Septiembre sobre ramas como las de la imagen anterior, que son de un espino albar (Crataegus monogyna), un arbusto-árbol todavía común en algunos linderos que el fuego y el hacha han respetado en el Campo de Montiel. Tras comer uno de estos frutos rojos, un pájaro expulsará la semilla intacta en apenas 20 ó 30 minutos, a menudo sólo un poco más lejos de la planta original. Con esto, el espino albar está utilizando a los pájaros para dispersar sus semillas hacia terrenos donde podrán, quizás, desarrollarse mejor. Es la misma estrategia de tantas otras leñosas del matorral mediterráneo: el torvisco, la esparraguera, el espino negro, la zarzaparrilla, el labiérnago... Como siguiendo inconscientemente un justo acuerdo, estas plantas dan a los pájaros energía cuando más falta les hace, en forma de frutos, a cambio de que dispersen sus semillas. El origen de este mutualismo, sin embargo, no es fácil de trazar, y sin duda dará para algunas entradas más en este blog...
Bibliografía:
Blondel & Aronson (1999) Biology and wildlife of the Mediterranean Region

Volver a la Portada de Logo Paperblog