El arroz es un cereal clave en la alimentación humana debido a su reseñable aporte calórico en la dieta a través del almidón, no en vano se le considera el responsable del aporte de una quinta parte de las calorías que las personas consumen en todo el mundo. Este alimento es el pilar básico de muchas culturas, en especial de la cocina asiática, en la cual su consumo sustituye por ejemplo al pan u otros derivados del trigo que tomamos en occidente, y de la cultura lationamericana, en la que sirve de acompañamiento o guarnición a la mayoría de platos. En una escala más cercana, sin ir más lejos, en la dieta mediterránea el arroz representa la principal fuente de hidratos de carbono, junto al pan y la pasta.
Durante la etapa de crecimiento, el arroz es un alimento muy útil en la alimentación infantil, ya que además de ser energético, ayuda a reponer las sales minerales en el organismo y tiene una composición rica en nutrientes como vitaminas, fósforo, potasio, calcio, sodio y hierro. Aunque el arroz contiene una cantidad de proteínas relativamente baja en comparación con otros cereales, posee más lisina, un aminoácido esencial para el desarrollo, y al contrario que el trigo u otros cereales, no contiene gluten, lo que lo hace apto para su consumo en niños celíacos que tienen intolerancia al gluten.
El arroz es un alimento fácil de preparar y versátil, que además suele ser el protagonista de algunos platos muy apreciados por los niños, y particularmente por los malcomedores – ¿qué niño se resiste a un arroz a la cubana, arroz tres delicias, puchero de arroz o arroz con leche? Debido a la enorme variedad de tipos de arroz (arroz de grano largo o basmati, de grano corto, bomba, etc.) que existen, así como de su presentación final (en forma de harinas, sémolas, copos), es un alimento que permite multitud de variaciones.
En general, se recomienda introducir el arroz en la alimentación infantil en torno al cuarto mes de vida, cuado el sistema digestivo del bebé ya se encuentra lo suficientemente maduro, por medio de papillas a partir del cereal natural cocido sin sal o con sémola de arroz. Otra opción es recurrir a las papillas preparadas con arroz hidrolizado que existen en el mercado, a las que únicamente hay que mezclar leche materna, leche artificial o agua, y que suponen una opción cómoda y sencilla, siempre que se vigile su composición y se eviten las que tengan azúcares añadidos.
Más adelante, el arroz sigue siendo un alimento muy interesante en la alimentación infantil, que además posee propiedades beneficiosas en el tratamiento de diarreas y otras enfermedades gastrointestinales.
Fuente | Wikipedia
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