Revista Cultura y Ocio

El arte de surfear con la tía abuela

Publicado el 11 febrero 2019 por María Bertoni
El arte de surfear con la tía abuelaEl primer largometraje de Said se proyecta en el Malba todos los viernes a las 19 hasta el 1° de marzo inclusive.

Además de guionista y director de Flora no es un canto a la vida, Iair Said es actor. El dato relativiza la definición de Documental acordada al largometraje que circuló por el BAFICI de 2018 entre otros festivales de cine, y que el viernes pasado desembarcó en el Malba. También resulta poco ortodoxa la decisión autoral de intervenir como figura ¿secundaria? en esta semblanza de una tía abuela soltera que, a juzgar por el título y el afiche del film, podría haber protagonizado alguna historieta del estadounidense Harvey Pekar.

Existe otro personaje –atípico, por cierto– en esta aproximación a un pariente lejano en más de un sentido. Se trata del departamento de la tía, una suerte de tercero en discordia que progresivamente condiciona el vínculo entre retratada y retratista.

“Este documental fue realizado sin el consentimiento de su protagonista”, aclara una placa al principio del film, y es cierto: Flora protesta en reiteradas ocasiones ante la cámara encendida. Sin embargo, Said se las ingenia para convertir esa queja en letanía narrativa de un ensayo (re)creativo que, en honor a la verdad, dista de atentar contra la vida privada de la nonagenaria.


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