El próximo sábado 29 de septiembre habrán transcurrido cinco meses desde aquel anuncio periodístico que imaginamos apresurado, cuando no falso: “se cierra el Arteplex de Belgrano“. A esta primera instancia de incredulidad, le siguió la adhesión a los abrazos simbólicos y a demás iniciativas colectivas (ésta y ésta por ejemplo) en defensa del complejo dedicado al llamado “cine arte” o “de autor”, que Alberto Kipnis y Marcelo Morales inauguraron siete años atrás.
Desde julio, en cambio, la indignación vecinal fue apagándose de a poco. Al menos eso sugieren las digresiones y los silencios registrados en el Arteplex Google Group (que a duras penas se mantiene online) y en el blog de la agrupación Belgrano K – Comuna 13 (que no se actualiza desde el 21 de junio pasado).
Por otra parte, quienes frecuentamos las salas belgranenses sospechamos que el Cinema City (ex General Paz también situado en Cabildo al 2800) absorbió al público habitué del Arteplex. De ser así, esto podría explicar el abandono de la lucha por recuperar el complejo que fundaron Kipnis y Morales.
A cinco meses de aquel anuncio periodístico, da pena transitar por la vereda del Arteplex de Belgrano, y detenerse ante las puertas coloreadas con aerosol y convertidas en pizarra de promociones varias (algunas cinéfilas). Incluso duele el cartel rojo que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pegó para señalar la condición infractora del inmueble abandonado, y que quizás algún espectador nostálgico -y todavía indignado- arrancó casi totalmente.
Resulta irónica la permanencia del título Un método peligroso en un espacio cuya clausura parece irreversible, en parte porque sus defensores no supimos encontrar una estrategia eficaz o segura para rescatarlo. Curiosamente de más arriba sigue colgando el cartel dedicado a promocionar El artista, cuyo homenaje a las películas mudas suena en el actual contexto cinéfilo-belgranense a un pasado (mucho más reciente) que tampoco vuelve más.