Revista Solidaridad

El ascensor del alcalde

Por Pcelimendiz

Las declaraciones de algunos políticos sobre los episodios de violencia sexual contra la mujer de los que hemos tenido noticia últimamente son tan deleznables como los propios hechos en sí. Repugnantes e indignas declaraciones, impropias de quienes ostentan semejantes cargos de responsabilidad.

 

El ascensor del alcaldeComienzo a estar seriamente preocupado por la deriva moral que exhiben nuestros gobernantes y, entre todos ellos, me llama poderosamente la atención la catadura de muchos de los alcaldes que dirigen nuestros pueblos y ciudades.
Ya he comentado en una entrada reciente, Fauna Ibérica, las repercusiones que tienen las irresponsables declaraciones de un alcalde, (en ese caso sobre los inmigrantes), así como la ideología que las sostiene.
En este caso, pasa algo parecido: primero, el alcalde de Málagarelativizando la violación de una joven y preocupado únicamente por la imagen de inseguridad que los hechos podrían transmitir de su ciudad, y por ende, de su gobernanza.
A continuación, el Ministerio del Interior, responsabilizando a las propias mujeres de no cuidarse lo suficiente de ser violadas y dando magníficos consejos como la adquisición de un silbato.
Y para postre, el alcalde de Valladolid, haciendo apología de la violencia al poner el acento en las denuncias falsas, en unas machistas y lamentables declaraciones sobre alcaldes, ascensores y sujetadores. Y entre sus perlas: “a las seis de la mañana, una mujer joven tiene que cuidar por donde va”.
Lo de siempre. Criminalizar a la víctima. Culpabilizarla de su propia situación. Da igual la forma. En los casos extremos opinan que se merecía la violación, por ir provocando con minifaldas o escotes inapropiados. En los casos más suaves, ha sido una tonta que no ha sabido protegerse. Y en el medio, siempre la duda: algo habrá hecho ella.
Sigo sin entender cómo el partido político que ampara a estos alcaldes no los destituye de inmediato. Una sociedad avanzada no puede tener gobernantes que exhiban estos valores. Semejante desatino sólo puede tener una explicación: esos valores son compartidos. Sólo la connivencia ideológica del partido a nivel general con esas posturas individuales puede aclarar que semejantes manifestaciones sean jaleadas y aplaudidas en lugar de reprochadas y corregidas.
Lo cual tiene una explicación. Al fin y al cabo, son coherentes con la ideología neoliberal que predican. Recordemos que, al final, lo que persiguen es la intervención mínima del Estado en pro de una Sociedad Civil regulada por el mercado. Como os dije en mi última entrada, Rajoy ya lo ha dejado bien claro: “la gente no debe esperar que las administraciones públicas resuelvan sus problemas”.
El ascensor del alcaldeDesde esa óptica, asumir algún tipo de responsabilidad social en cualquier problema haría necesario dedicar recursos colectivos para solucionarlo. Y como eso va en contra de su ideología, la única salida es negar esa responsabilidad social y atribuirla a la responsabilidad individual.
En el caso de la violencia sexual contra la mujer, que es lo que hoy nos ocupa, asumir la responsabilidad social significaría dedicar recursos a la educación, a políticas de igualdad, a políticas de seguridad… Es mucho más coherente para ellos atribuir la carga del problema a la víctima. Así se evita tener que poner medios y recursos ante el problema y colgando una lista de consejos en la página web del Ministerio, ya se han tomado todas las medidas necesarias.
El que todo ello produzca una re-victimización en las mujeres agredidas es un detalle sin importancia.
Para ellos, claro. 

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