El asesino vive en el 21
"Las farolas, encendidas desde la mañana, marcaban las calles con capullos luminosos y los escasos vehículos roda-ban al paso. De los agentes de la circulación no se distin-guían más que los guantes y el casco blanco por encima de la mancha lívida del rostro. «¡Un tiempo perfecto para los asesinos!», como había dicho Mr. Smith a la señora Hobson al salir de casa."
Fragmento de El asesino vive en el 21 de S. A. Steeman
Hace poco he disfrutado de la lectura de un magnífico título dentro del género policíaco, rescatado del olvido por la gran Ediciones Siruela. Me refiero al libro El asesino vive en el 21 del escritor belga Stanislas-André Steeman publicada en 1939 y ambientada en la más neblinosa versión de Londres.
El asesino vive en el 21 nos narra la terrible serie de crímenes que asolan la capital británica, recordando el pánico generado por Jack el Destripador sólo unas décadas antes. Nuestro misterioso asesino siempre sigue el mismo patrón: un golpe certero (y mortal), robar a la víctima y dejar una nota con su alias "Mr. Smith". Sin embargo, en su último crimen comete un descuido y un testigo lo ve, sin poder identificarlo por culpa de la espesa niebla, entrar en la pensión del número 21 de Russel Square. Será entonces cuando el inspector de policía Strickland entre en escena y deba averiguar quién de entre sus huéspedes y propietarios es el temido Mr. Smith.
La tarea de Strickland no será nada fácil y ahí es precisamente donde radica el encanto de esta novela, donde el lector es incluso interpelado para que saque sus propias conclusiones y tratemos de destapar a nuestro escurridizo asesino. Como digo, la resolución del caso se tornará complicada, pues habiendo reducido considerablemente el número de sospechosos entre quienes se hospedan en el 21, éstos supondrán para inspector un verdadero reto. En primer lugar nos topamos con la señora Hobson, propietaria de la pensión y, entre sus huéspedes, con un vendedor de radios, una amante de los gatos, un prestidigitador indio, un matrimonio, una publicista, un doctor, un caballero ruso y un antropólogo francés. Todos a simple vista ciudadanos respetables y, sin embargo, uno de ellos es un despiadado asesino en serie.
Fotograma de la adaptación cinematográfica L'assassin habite au 21
La tensión en la pensión será más que palpable, puesto que la revelación de un criminal bajo su mismo techo les hará temer y sospechar de sus vecinos de habitación. Tanta intriga vendrá aderezada con inteligentes diálogos, toques de humor y una trama inteligente a la par que adictiva.El asesino vive en el 21 de Stanislas-André Steeman es una joya del género policíaco justamente rescatada que me encandiló desde su inicio y atrapó hasta su nada previsible final (al menos, para mí). Una novela altamente recomendable. ¡Mil gracias a Ediciones Siruela por el ejemplar!
Título: El asesino vive en el 21
Autor: Stalisnas-André Steeman
Género: Novela policíaca
Editorial: Ediciones Siruela
Formato: Papel
ISBN: 978-84-17860-12-7
Páginas: 224
Precio: 19,95 € (Papel)
Argumento: «El asesino vive en el 21 es la mejor y más emocionante novela de asesinatos en la niebla que he leído nunca».
José María Guelbenzu
En el neblinoso Londres de los años treinta, un asesino en serie tiene aterrorizada a la capital. Tras matar a sus víctimas de un golpe en la cabeza, les roba y deja junto a ellas una nota con la más anodina de las firmas: «Mr. Smith». Cuando, tras el último ataque, un testigo ve al criminal entrar en una pensión del número 21 de Russel Square, Scotland Yard —con el superintendente Strickland al frente del caso— pondrá bajo vigilancia a sus huéspedes: la viuda Hobson, dueña del establecimiento; el señor Collins, vendedor a domicilio de radios; el mayor Fairchild, retirado tras haber servido en las Colonias; la señorita Holland, amante de los gatos... Pero pese a haber estrechado tanto el cerco, descubrir entre todos la verdadera identidad de Mr. Smith no resultará sencillo en absoluto...
El asesino vive en el 21 —publicada originalmente en 1939 y llevada al cine tres años después por Henri-Georges Clouzot— es la obra maestra de su autor y una de las más brillantes aportaciones continentales a la novela detectivesca clásica.
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