Revista Arte

El aterrizaje de la cultura cinematográfica en el Raval barcelonés

Por Bill Jimenez @billjimenez

Partiendo de las declaraciones del director de la Filmoteca de Catalunya, Esteve Riambau, el nuevo “edificio de  la Filmoteca es una nave espacial que ha aterrizado en el barrio con una voluntad de integración absoluta”. Y aunque esa intención no existiera, el efecto sería el mismo para la geografía del Raval, un distrito salpicado de contradicciones sociales y económicas que resiste desde hace décadas a un lavado de cara.

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Y aunque el nuevo emplazamiento se ubique en la Barcelona más denostada por el turismo, puede decirse que el precio a pagar resulta mínimo en comparación con las ventajas que ofrece el nuevo edificio: 6.000 m² que incluyen dos salas de cine y 555 butacas, aparte de una sala de exposiciones temporales, una biblioteca cinematográfica, una librería especializada (rentable movimiento) y una cafetería abierta el público (que mejora con creces la oferta de la antigua Filmoteca).

Pero que el centro tenga vecinos tan ilustres como el Gran Teatre del Liceu, el CCCB o el MACBA no quiere decir que sus actividades compitan con la programación de estos centros artísticos, ya que, uno de los puntos fuertes del proyecto es, aparte de la difusión de la cultura cinematográfica, mejorar la relación existente entre los distintos equipamientos públicos del barrio, principalmente, a través de acciones cruzadas en las que el cine sea un eje vertebrador.

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Buenas e prometedoras intenciones, así como deseos vinculados al compromiso y el esfuerzo, representados (en palabras de Llucià Homs, director de La Virreina Centre de la Imatge) por “la internacionalidad, la interdisciplinariedad de los lenguajes artísticos, la integración a las redes sociales profesionales, la excelencia en sus contenidos y la hibridación de capital público y privado para hacerlo sostenible.”

Tal armonía no nace del aire, requiriendo una comisión de seguimiento, formada por representantes de las distintas entidades firmantes, que se reunirá cada tres meses e intercambiará estrategias y proyectos. Algunos de ellos ya han tomado forma, como la intención del Liceu de extender las celebraciones del bicentenario de Wagner con la proyección en la Filmoteca de Los Nibelungos de Fritz Lang, versión restaurada del film de 1924.

Y así, analizada en conjunto, la reciente inauguración de la Filmoteca de Catalunya deviene la mejor noticia cultural en lo que va de año tras una plaga de injustificados cierres y reducciones presupuestarias, la justa evolución del modelo representado por la antigua Filmoteca, funcional pero obsoleto.


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