El autor guipuzcoano Carlos Leal Solar ‘colma de libro’ su humor e ironía

Pensamientos para sonreír moderadamente es un libro que sorprende y no deja indiferente a quien lo lee

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Por: Alberto Berenguer   Twitter: @tukoberenguer

Carlos Leal Solar, autor del libro

¿Qué le llevó  a escribir Pensamientos para sonreír moderadamente?
Siempre me ha gustado todo aquello que rezuma un cierto grado de ingenio, y he disfrutado al pergeñar frases e ideas que  consideraba poseedoras del mismo (en realidad esto del ingenio es muy subjetivo). La idea en un principio no era publicar, sino divertirme con este proceso de “creación” (como quien toca un instrumento por mero placer).

Y, ¿por qué decidió colmar de humor e ironía su primer libro?
Se podría decir que he decidido colmar de libro mi humor e ironía, ya que esto último es lo que siempre he hecho, o al menos lo que he intentado hacer.

El lector encontrará a lo largo de las ciento cincuenta y seis páginas que consta el libro, frases reflexivas, monólogos, conversaciones y fotografías; recopiladas desde la infancia hasta la actualidad. ¿Sintió algún tipo de reparo cuando decidió publicar una obra tan personal?
Considero que cualquier autor-creador (escritor, pintor, músico…) está constantemente desnudándose y mostrándonos su yo más íntimo. Precisamente hay una frase en el libro en el apartado de (Re) flexiones (el  más “serio” de todos), que dice: “En toda manifestación artística está impresa  la *huella dactilar* de la psicología del autor.”  Pero hay que saber leer entre líneas, hilar más fino nuestra capacidad de deducción, y eso no es fácil.

Suponemos que durante la recogida de anotaciones que han dado lugar a su obra, guardará en su disco duro alguna anécdota digna de mencionar. ¿Podría compartirla con los lectores de este blog?
Hay un apartado en el libro titulado SUEÑOS en el que registro algunos propios que me han llamado la atención por extraños y curiosos. Entre ellos hay uno que dice “Se recicla tanto papel impreso, que llegará el día en que los ciegos, cuan si de palimpsesto se tratara, tendrán problemas para leer el braille.” Recuerdo la alegría que me produjo recordar este sueño  cuando desperté (fue el último y lo tenía muy fresco) y anotarlo antes de que se difuminara.

El lector subraya también la originalidad del título y de la portada. ¿Está al tanto de los comentarios que publican de su libro? ¿Cuáles destacaría?
Una señora me dijo que todas las noches  lee algunas frases con su marido, y luego las comentan.  ¿Se puede decir algo más bonito?

Portada del libro

Y, a modo de curiosidad, ¿cómo se imagina a sus lectores? ¿Cree que tienen un perfil determinado? ¿A qué público va dirigido su libro?
Personas curiosas y a quienes les gusta ser sorprendidas. Podría decir muchas más cosas, pero básicamente esa es la idea del libro: sorprender, no dejar indiferente a quien lo lee.

Entre los actos de promoción, ¿tiene previsto alguna presentación pública o encuentro con sus lectores?
De momento no.

Le pedimos ahora que piense un poco en el futuro. ¿Tiene previsto publicar un nuevo libro no convencional y extravagante? ¿Continuaría con Ediciones Dauro?
El destino proveerá; desconozco este extremo. Respecto a la Editorial Dauro, de momento no tengo queja alguna; espero continuar así.

En Internet se pueden encontrar varias reseñas de Pensamientos para sonreír moderadamente, dando razones para sumergirse en el libro. Pero, ¿qué razones nos da su autor?
Es difícil recomendar el libro propio y no dar una imagen partidista y poco objetiva. Lo que sí puedo asegurar es que es un libro diferente, para bien o para mal; habrá a quien guste y habrá a quien no, pero de lo que no hay  duda es de que el lector se va a sorprender y  encontrar cosas totalmente inesperadas entre sus páginas, con puntos de vista nunca antes planteados.

Finalmente le pedimos que recomiende, a quien lea esta entrevista,  un libro que considere imprescindible.
Imprescindible es una palabra muy grande y extrema, pero, si tengo que recomendar uno, éste sería  “La conjura de los necios”, de John Kennedy Toole. Lo considero  casi redondo (la perfección es una utopía), como lo es su protagonista (más por fuera que en su intrincado y rocambolesco proceso mental).