Revista América Latina

El Ávila

Por Cluisa
El Ávila
El Ávila estaba frio hoy cuando comencé a subir a eso de las 12:00 pm.  Sábado con cara  de lluvioso, pero a veces las caras engañan, no llovió y pude subir con un clima casi perfecto. Tiendo a ir casi siempre muy temprano, pero me quedé dormida. Al igual que yo, mucha gente sube los fines de semana al Ávila por Sabas Nieves, como parte de su rutina de recreación familiar.
Desde hace unos años que comencé con este hábito, me he percatado que el día más concurrido los fines de semana, es el domingo. Aunque el sábado se puede apreciar por igual,  niños, madres, jóvenes, ancianos, deportistas, que suben escuchando música o conversando.
Caminar en montaña ayuda a perder peso, según los especialistas, peso, es decir kilos y peso, pero  mental, pues vas dejando en el camino preocupaciones, problemas, molestias. Vas llenándote del aire puro de la montaña y el cansancio alegre de mover los músculos al terminar, te hace sentir mejor contigo mismo, te deja la  sensación de orgullo de haber podido enfrentar un reto agotador y superarlo.
Desde el comienzo del paseo, en la entrada   encuentras  ventas de incienso, jugos de naranja, pulseras, carteras artesanales, cuadros del Ávila, mapas, agua mineral y un montón de suvenires, que puedes llevarte antes o después de terminar el recorrido.
El camino lleno de piedras y pendientes no es nada fácil, si no tienes preparación física se dificulta, sin embargo, poco a poco cualquier persona puede acometer la tarea, solo es cuestión de ir avanzando con paciencia y constancia. También es importante ingerir agua, antes de comenzar y en medio del recorrido, sobre todo si el sol es fuerte. La tierra rojiza te dejará los zapatos algo manchados, pero vale la pena el esfuerzo.
En el Parque Los Venados, cuando llegas arriba, puedes encontrar también ricos  helados de frutas, algunos bancos y  grama para descansar, maquinas de ejercicios y la mejor vista de Caracas.
Muchos se llevan a sus perros, sobre todo los domingos, de paseo por la Cota Mil, cerrada ese día solo para el uso de la gente, que a pie o en bicicleta la recorren de arriba a bajo. Los patineteros vuelan sobre el asfalto de la autopista, haciendo figuras con sus cuerpos, y te hacen pensar en lo ligera que puede llegar a ser la vida... si tu quieres...

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