Tiene las hojas estrechas y envainadas, acanaladas, de color verde o blanquecino. Aparecen cerca de la cima de la planta. Florece a finales de verano y en otoño.
Sus flores son grandes, de color morado, solitarias y de péndulo corto. Las flores surgen del bulbo y forman un largo tubo de unos 3 milímetros de diámetro que se abre como una pequeña copa. Es la llamada "rosa del azafrán". La forman seis piezas de figura elíptica y numerosas venas de color más intenso.
La planta del azafrán crece en tierras de regadío y de secano. Resiste bien el frío, aunque prefiere los climas templados con veranos cálidos y secos, y otoños dulces y frescos. Su origen es oriental, algunos autores lo sitúan en Grecia. Su cultivo se expandió; en la península ibérica prolifera en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Toledo, Cuenca, Guadalajara, Valencia, Murcia y en algunos puntos de Aragón y Cataluña.
El principio activo del azafrán reside en sus estigmas de color anaranjado y fuerte olor que contienen un aceite volátil. En la Edad Media se aplicaba en botánica "como abortivo y para preparar filtros de amor".
En la actualidad forma parte de las distintas culturas culinarias en el mundo:
• En la India forma parte en numerosas recetas de arroces, helados y dulces, y es imprescindible en algunos de ellos. Allí también interviene en cultos religiosos.
• En Arabia Saudita, un autentico café arabico contiene cardamos y azafrán.
• En la elaboración del Rissotto en el norte de Italia y en el sur de Suiza el azafrán es imprescindible.
• En Suecia es tradición hacer un pan con azafrán para el día de Santa Lucía.
• En España el azafrán es un ingrediente imprescindible para platos famosos como la paella, la fabada asturiana o el pote gallego.
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