Actualmente la sociedad vive en una época muy dulce y apetecible, tanto es así que cada uno de nosotros consume al día el doble de lo recomendado por la OMS, de los 25 gramos de azúcar al día que viene siendo lo recomendado, se ha comprobado que existen personas que sobrepasan la media con 70 y 100 gramos diarios.
Es aquí, cuando surgen las consecuencias antes mencionadas de diabetes tipo II, sobrepeso, etc. que son los causantes de miles de muertes al año a nivel global.
Y esas personas… ¿es qué están comiendo a todas horas pasteles?
No, y la respuesta es sencilla, ya que el azúcar se ha convertido en un ingrediente presente en todo tipo de productos, incluyendo los salados, ¡si como lo lees!
A día de hoy grandes cantidades de azúcar son consumidas y la propia persona que ingiere los productos o alimentos carece de la información para saber que contienen azúcares añadidos, presentes sobre todo en los alimentos procesados.
No sólo tenemos que mirar el azúcar que podemos encontrar en cualquier tipo de bollería, que por supuesto es obvio que contienen azúcar, sino que también tienen este dulce veneno en productos que no piensas que lo tienen como pueden ser el tomate frito, salsas, embutidos, botes de fabada, entre otros muy lejos de ser un producto dulce.
A todo el mundo (o a la mayoría de la población para decirlo mejor) le gusta más lo dulce y es aquí donde la industria alimentaria se aprovecha añadiendo este ingrediente tan apetecible y venenoso.
De hecho, José Luis Guil, Catedrático del Departamento de Agronomía de la Universidad de Almería dice: “Estamos programados para aceptar lo dulce y rechazar lo salado o amargo. Un aprendizaje tomado de la propia naturaleza, donde se entiende lo dulce como beneficioso, frente a los sabores amargos o salados. Ha sido un mecanismo de defensa natural que ha permitido la supervivencia de la especie, sin embargo, en la actualidad se está abusando de lo dulce hasta límites desconocidosen la historia”.
Además, explica que el azúcar posee grandes propiedades como conservante debido a que potencia lo osmótico y dificulta la disponibilidad de agua para los hongos. Aunque su opinión es que "la industria alimentaria emplea tanto azúcar para hacer más atractivos sus productos y dotarlos de un sabor capaz de cautivar el paladar de los consumidores”. De la cual soy totalmente partidario.
El azúcar está presente de forma natural en algunos alimentos, sin embargo, los límites se sobrepasan con estos azúcares añadidos a los productos procesados, una práctica que debería estar más regulada, según cree este experto de la Universidad de Almería, que incluso piensa que la OMS debería rebajar todavía más la cantidad de azúcar máxima recomendada.
Problemas ocasionados del azúcar
Cuando se consumen azúcares sencillos se proporciona energía de forma inmediata al organismo, debido a que se componen de pocas unidades de monosacáridos que el organismo es capaz de absorber y metabolizar de forma rápida para obtener energía de su oxidación.
El problema, explica Antonio Murillo (profesor del Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina de la Universidad de Almería), aparece cuando no se hace un uso inmediato de esa energía, es decir, no se incrementa la actividad física y se da lugar a que se pongan en marcha procesos bioquímicos que dan lugar a que se almacene glucógenoa partir de esas moléculas no utilizadas.
Con el paso del tiempo y la ingesta de más moléculas energéticas, el stock sigue aumentando si no se utiliza y llega un momento en el que el organismo empieza a formar grasa, y se desencadena un problema de sobrepeso.
“El consumo muy elevado de azucares sencillos, por encima de los niveles de consumo
recomendados, se han asociado a un aumento de los niveles de triglicéridos, de la grasa visceral, de la presión arterial, de la resistencia a la acción hipoglucemiante de la insulina, y a una disminución de los niveles de HDL-colesterol”.También se ha asociado con niveles elevados de uratos en suero. “Diversos estudios epidemiológicos han puesto de manifiesto una relación significativa entre la uricemia y la aparición de enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial (HTA), diabetes y resistencia al efecto hipoglucemiante de la insulina”.El azúcar crea cierta dependencia psicológica y la deshabituación es costosa. Sin embargo, hay que dar el paso y dejar de tomar tal cantidad de azúcar; y una buena fórmula de hacerlo es apuntarse a ladieta mediterránea, que cada vez está más abandonada debido a las prisas, los nuevos hábitos de vida y las estrategias de la industria alimentaria, que ha sabido crear productos aparentemente saludables, que se ajustan a las familias de hoy día. Y otra fórmula infalible para reducir el consumo de azúcar es leer bien las etiquetas de los productos, donde se indica la composición de cada uno de ellos y las cantidades de azúcares que contienen, una práctica que lleva a grandes sorpresas.Artículo 167; Día Europeo Sin CochesArtículo 169; En construcción