Revista Arte

El Bachiller de Salamanca

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

El Bachiller de Salamanca o "Las Aventuras de Don Querubín de la Ronda": una obra (¿plagio?) de Alain-René Lesage, perdida desde el siglo XVI, retraducida por D. Esteban Aldebert Dupont y reimpresa en 1735 y 1887.

Abril de 2022: temporada de "reproducción" de mi biblioteca; el número de volúmenes seguirá siendo el mismo, pero nuevos títulos se entronizarán en las rendijas que dejarán en el aire los que se trasladarán temporalmente a yemas de otros dedos.

Antes me molestaba el desorden, ahora me molesta la sobreabundancia...

...Página amarillenta con una pequeña mancha oscura -de algún momento "tenue" en mi memoria de cincuenta y siete años: esfuerzos de lectura en español de un adolescente griego que soñaba entre líneas imprimidas en siglos remotos, casi desconocidas para la mayoría de la gente; viajes en un vehículo de letras, tildes y puntuación anticuadas.

Estoy leyendo:

"Entre las muchas obras que así en prosa como en verso escribió Mr. Le-Sage, es una la presente, intitulada: El Bachiller de Salamanca, ó Aventuras de don Querubin de la Ronda, en la cual, así como en la de Gil Blas de Santillana, ya traducida igualmente del francés al castellano, y que tan bien admitida ha sido del público, reinan naturalidad y verosimilitud en las aventuras, viveza y propiedad en las pinturas con que nos representa varios vicios y ridiculeces de la sociedad, un enlace no afectado ni violento para unir y trabar los sucesos; y finalmente, una fina ironía y delicada crítica, acompañada no de frías é insulsas bufonadas y chocarrerías, de que gustan y con que ríen los necios, sino de conceptos agudos é ingeniosos, nacidos del donaire y gracia que eran geniales en este autor, notándose igualmente en todos sus escritos, y con que divertía su conversación, la cual era por eso tan gustosa y apetecible, que en cualquier concurrencia se llevaba las atenciones de todos."

Recuerdo:

Septiembre de 1986: mis primeros pasos en el mundo hispano; la biblioteca de la Asociación Sociocultural Latinoamericana y Española en Grecia aparenta ante mis ojos como una "cueva del tesoro" de los cuentos de piratas: "La Celestina", "Lazarillo de Tormes", "Don Quijote"... Ilustres obras, sí, pero triviales para mí; aún no había estudiado en España, pero tenía el conocimiento básico de la literatura clásica. Lo que yo buscaba era algo distinto, único; algo que me intrigara para sumergirme en una investigación incipiente; que echara luz a rincones ocultos de esa cultura multiforme.

¿Quién es este "Lesage"? En 1986, cuando yo todavía trataba de aprender el español como lengua extranjera, no existía ni Internet, ni el Instituto Cervantes en Atenas. En la enciclopedia "nacional" de Grecia encontré un lema:

" Alain-René Lesage (pronunciación francesa: [alɛ̃ ʁəne ləsaʒ]; 6 de mayo de 1668 - 17 de noviembre de 1747; ortografía más antigua: Le Sage) fue un novelista y dramaturgo francés. Es conocido por su novela cómica El diablo sobre dos palos (1707, Le Diable boiteux), su comedia Turcaret (1709) y su novela picaresca Gil Blas (1715-1735).

Claude Lesage, el padre del escritor, ocupó los cargos de abogado, notario y registrador de la corte real en Rhuys. Su madre se llamaba Jeanne Brenugat. Los padres de Lesage murieron cuando él era muy joven y por lo tanto quedó al cuidado de su tío, quien descuidó su educación y desperdició su fortuna. Père Bochard, de la Orden de los Jesuitas, Rector del Colegio de Vannes, se interesó por el muchacho a causa de sus talentos naturales.

Le cultivó el gusto por la literatura. En 1693, cuando cumplió 25 años de edad, Lesage decidió ir a París para proseguir sus estudios filosóficos. Al año siguiente se casó con Marie Elizabeth Huyard, hija de un carpintero pobre. En aquella época se encontró con un antiguo compañero de escuela, el dramaturgo Antoine Danchet, quien le aconsejó que se dedicase a la literatura. Lesage comenzó como traductor y en 1695 publicó en una versión francesa de las Epístolas de Aristaenetus, que no tuvo éxito. Poco después encontró en el abate de Lyonne un valioso mecenas y consejero, quien le otorgó una anualidad de 600 libras y le recomendó cambiar los clásicos por la literatura española, de la que él mismo fue estudiante y coleccionista.

La literatura española fue una vez muy popular en Francia cuando las reinas de la casa de Austria estaban en el trono, pero fue descuidada en la época de Lesage. Él inició su carrera traduciendo obras de Lope de Vega y Zorilla. En 1704 tradujo la continuación del Quijote de Alonso Fernández de Avellaneda, y poco después adaptó la obra Don César Ursín, de Pedro Calderón de la Barca, que tuvo éxito en la corte pero fue condenada en la ciudad. Sin embargo, Lesage tenía casi cuarenta años cuando obtuvo un éxito rotundo. En 1735 publicó una novela más o menos original, titulada: Le Bachelier de Salamanque." Pero fue acusado -originalmente por Voltaire - de plagio de textos en español.

¡Bingo! ¡Acerté!

[Exclamaciones de épocas ya pasadas y entusiasmos ya diluidos en la dura realidad...]

Esa última frase -sobre el plagio- me intrigó. Quería saber más. Siguiendo mi búsqueda, llegué a encontrar un dato que justificaba esa acusación: en el siglo XVII, Antonio de Solís y Rivadeneyra (España, 1610-1686) -que comenzó su vida como un niño superdotado- estudió filosofía, cánones, ciencias morales y políticas en Alcalá de Henares y en Salamanca, y a la vez se empeñaba en componer versos y escribir obras teatrales.

Llegó a ser oficial de la Secretaría de Estado del rey Felipe IV, cargo que perdió, para volver más tarde a obtenerlo gracias a la reina madre, quien le otorgó también el oficio de Cronista Mayor de Indias. Con 50 años de edad fue ordenado capellán, pero no aceptó a escribir autos sacramentales al fallecer Calderón de la Barca, cuyo magisterio siguió, presentando artificiales escenas de amor, con cierta inclinación satírica y costumbrista, diferenciándose de este modo de la tradición caballeresca de la comedia áurea del Siglo de Oro español.

Entre sus obras, la más célebre fue "El Amor al uso". Escribió también poesía al estilo de Góngora. Aparte de eso, es conocido por su obra titulada "Historia de la conquista de México, población y progresos de la América septentrional, conocida con el nombre de Nueva España". Llegó a ser virrey de Navarra y Portugal.

El Bachiller de Salamanca

Don Antonio de Solís había escrito una novela titulada: " Aventuras del Bachiller de Salamanca o Historia de Don Querubín de la Ronda ", cuyo manuscrito no pudo publicar en España, porque en él hacía alusiones a personajes residentes en la Península. En aquella época, era embajador de Francia en Madrid el bibliófilo Hugo, un gran coleccionista de obras de literatura. Dicho manuscrito existía, pues, en la biblioteca de ese diplomático. Un amigo de Lesage encontró el texto, y así Lesage se inspiró para escribir su Bachiller de Salamanca.

Sigo leyendo el prólogo del traductor (en el estilo morfosintáctico de su época):

[Lesage] se aplicó mucho á la lengua castellana, y no pudo menos de enamorarse de su sonoridad, majestad y fecundidad para explicarse en los asuntos graves, familiares y festivos. Admiró también el espíritu inventivo, travesura y florida y amena imaginación de los autores españoles, así poetas como prosistas, muchos de los cuales, aunque reimpresos de pocos años á esta parte por algunos buenos patricios, todavía experimentan la desgracia de no ser leídos sino por cierto número de sujetos de gusto, quienes los estiman como alhajas preciosas, suerte contraria á la que tuvieron en otra edad, nacida de la novedad de la lectura casi exclusiva de los libros modernos; y poseído de esta afición quiso inspirarla en la nación francesa, traduciendo, ó bien imitando en su lengua varias de nuestras novelas escogidas, una de las clases de escritos en que los extranjeros nos hacen la justicia de confesar habernos distinguido, acomodándolas al genio y usos de sus paisanos, y sazonándolas con su humor festivo. El Bachiller de Salamanca

De ellas es una la del Bachiller de Salamanca, impresa la primera vez en París, en 1735, un año después de haber salido á luz el cuarto y último tomo de las Aventuras de Gil Blas de Santillana, y en su portada advirtió Le-Sage haberla sacado de un manuscrito español. Sobre este punto, pues, no cabe la menor duda á vista de su misma confesión; pero lo que yo presumo es que, según denota la voz sacado, lo que hizo fue embeberse en la idea del original, penetrar sus pensamientos, y verterlos después á su modo, añadiendo otros y diversas aventuras puestas de su propio caudal, ó tomadas de autores ya de su misma nación, ó ya de otras [...]"

Frases largas, como los dilatados siglos que nos separan de esa mentalidad...

Esas cosas escribe el traductor en el prólogo de esta obra. Pero, ¿quién era D. Esteban Aldebert Dupont? Otro asunto este, aún más difícil de identificar en mi juventud, cuando ni siquiera existía la idea de que algún día íbamos a utilizar Internet en lugar de enciclopedias... En fin, logré encontrar los datos de su vida, pero no apareció ninguna imagen de él.

Nacido en Orán (Argelia), fue profesor de la Universidad de Alcalá de Henares. En su prólogo explica que le parecía conveniente omitir en su traducción de esta obra ciertos pasajes del original, porque no hacían falta, y que había ido llenando los huecos con otros pensamientos que guardan analogías con los inmediatos, y sostienen ese enlace.

Y ahora, que ya tengo casi 57 años de edad y un intenso contacto de 38 años con la lengua y la cultura de España, estoy sentado en mi pequeño escritorio ateniense, confinado por las exageradas restricciones gubernamentales en contra del Covid-19, limitado por la crisis económica mundial y deprimido por la guerra de Ucrania, y estoy escribiendo este artículo, dedicado a mi amor por el aprendizaje y a las personas de mi vida que me inculcaron este amor.

Dice el traductor en su prólogo:

" Finalmente, si me detuviese á especular el origen de lo demás de la obra [...] quizás encontraría otros plagios, bien que presentados con igual variedad y gracia que los anteriores. [...] En su principio decía Mr. Le-Sage, que había hecho mucho ruido en Francia esta novela, y tenido muchos censores. Es verdad que él no los temió, ni jamás se dignó responder á nada de cuanto le criticaron; pero lo hicieron varios protectores, que se pusieron de su parte. [...] El Abate des Fontaines hablando del libro del Bachiller, lo juzga en estos términos: "Esta obra está bien escrita; la crítica que hace de las malas costumbres, es verdadera, y se halla manejada con mucho arte y delicadeza. [...]

El Bachiller de Salamanca

Εn ésta no se encuentra un montón de reflexiones sutiles que sofocan al lector, ni tristes análisis de afectos: es una serie de hechos naturales, curiosos é interesantes, adornados de cuentos y de cuerdas consideraciones que nacen del asunto. Sus retratos son todos verdaderos, sacados del natural, y que se encuentran todos los días entre los hombres. Este autor no se aparta jamás de lo verosímil; no transfiere á sus lectores á un mundo imaginario; finalmente, los divierte, más para instruirlos, que para entretenerlos."

El libro describe la vida aventurera de un estudiante, que tras haber quedado huérfano de padre, es ayudado por un amigo de la familia a culminar sus estudios. A partir de esto, comienza su andadura como preceptor, con diversas gentes y por diversas tierras, con humor e ironía.

Pero, para podernos ubicar en esa atmósfera, es necesario echar un vistazo al contexto histórico de España en el siglo XVII y al ambiente natural de Castilla y León, dado que la naturaleza y la historia son fuentes de inspiración para el arte.

La tierra salamantina, al suroeste de la meseta castellano-leonesa y a orillas del río Tormes -el ambiente de Lazarillo, el famoso pícaro de la literatura española- se caracteriza por sus extensas planicies, donde prevalecen los cultivos de secano y la ganadería. La ciudad de Salamanca, se encuentra en una altitud de 800 metros, y tiene un clima semiárido.

En 1609, tras la expulsión radical de los moriscos de España de 1568 y 1590, hubo una grave despoblación y con la decadencia de la agricultura estalló una revolución de los precios, que fue provocada por la masiva llegada de plata americana en el siglo XVI. La próxima crisis fue la del siglo XVII -la llamada de los Austrias menores. Al mismo tiempo, las artes y la literatura vivieron su Siglo de Oro. Y en 1640, la Monarquía en España -ya sin Portugal- fijó su frontera con Francia, según el tratado de los Pirineos de 1659.

En ese ambiente fue escrita la obra literaria de D. Antonio de Solís y Rivadeneyra, titulada " Aventuras del Bachiller de Salamanca o Historia de Don Querubín de la Ronda", y más tarde, en 1735, fue modificada y traducida al francés por Alain-René Lesage, para volver a ser retraducida al español y de nuevo modificada por D. Esteban Aldebert Dupont en 1792. La edición que tengo hoy en día en mi colección es la que forma parte de la serie "Biblioteca clásica española", del establecimiento tipográfico-editorial de Daniel Cortezo & C. a que fue publicada en Barcelona en el año 1887.

Agradezco a la Presidenta del Consejo Directivo de la Asociación Sociocultural Latinoamericana y Española en Grecia, Sra. V. Pedraja, por este valiosísimo regalo que me entregó en señal de reconocimiento de mi oferta voluntaria de índole educativa a esta entidad. Ahí di mis primeros pasos en la lengua y cultura hispánicas y ahora siento la plenitud de ser profesor en esta misma asociación. Como dice el traductor E. Aldebert, yo también "me apliqué mucho á la lengua castellana, [como Mr. Le-Sage] y no pude menos de enamorarme de su sonoridad, majestad y fecundidad para explicarme en los asuntos graves, familiares y festivos"...

Y voy releyendo del original:

El Bachiller de Salamanca

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