Sello verde entregado por Greenticket en uno de los locales adheridos al proyecto
La administradora del Café del Museo de Artes Visuales (MAVI), Francisca Bórquez (32) se mueve de lado a lado arreglando las mesas que están ordenadas de manera simple y decoradas con un papel reciclado en sus cubiertas. Bórquez da órdenes a los meseros, mientras los primeros clientes empiezan a llegar. “Aquí no usamos vasos plásticos y en nuestra cocina no usamos gas”, dice de entrada mientras prepara café detrás del mesón de la cocina del local.
La iniciativa fue llevada a cabo por la Corporación para el Desarrollo de Santiago (CORDESAN), la empresa Greenticket y el apoyo de Colbún S.A. y nació de las mesas de trabajo con los distintos locatarios, ubicados en la calle José Victorino Lastarria y alrededores del Museo Nacional de Bellas Artes y Parque Forestal, como una manera de darle un sello característico al barrio, asociado a una conciencia sustentable.
QUE SE HIZO Según la UK Carbon Trust, la huella de carbono es “el cálculo de la totalidad de los gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto”. Una vez que esto se ha calculado, se puede implementar medidas de mitigación y compensación que permitan reducir el impacto ambiental.
La empresa Greenticket, llevo a cabo el estudio en el cual se midió la huella de carbono de 23 lugares del Barrio Lastarria y Bellas Artes: José Ramón 277, Tambo, Panko, La Junta, Lucía Bistró, Bocanáriz, Chipe Libre, Emporio La Rosa, Opera, Melinka, Café Mosqueto, Bar The Clinic, Radicales, Café Inés, Qiltro, Nikkei, Mulato, Café del Mac, Espacio Vegano, Molinari, Hotel Cumbres y Museo de Artes Visuales (Mavi). Todos estos locales cuentan con un sticker en la entrada de sus locales donde certifican que midieron su huella de carbono y lo compensaron.
El resultado del análisis, entre todos los lugares mencionados anteriormente, dio la suma de 883,37 toneladas de CO2, en sus tres alcances: Consumo de combustible, uso de electricidad y residuos. Por la naturaleza de sus actividades el alojamiento constituye la principal fuentes de emisiones, teniendo el 75% de las emisiones de gases invernadero. Es por esto, que el Hotel Cumbres lidera la emisión de contaminantes con 140 toneladas de CO2 emitido.
El estudio de la huella de carbono fue financiado por la empresa Colbún S.A, mediante su plan de responsabilidad social. Para compensar los contaminantes existen certificados de emisiones de CO2 o bonos de carbono, los que se generan a través de proyectos de energía renovable. Colbún tiene cuatro centrales hidroeléctricas certificadas por las Naciones Unidas para emitir estos bonos de carbono. En el caso de la Ruta CO2 Neutral, la Central Hornitos, ubicada en la Región de Valparaíso, aportó los bonos necesarios para compensar las emisiones de los 23 bares, restaurantes, cafés, hoteles y espacios culturales, adscritos al proyecto.
“Todo el conjunto de contaminantes (huella de carbono) de una persona o empresa los puedes ir compensando, con otros lugares que están haciendo todo lo contrario, bajando la emisión de contaminantes y a ese espacio de equilibrio se llega con los bonos de carbono”, dice Marilyn Masbernat, Subgerente de Proyectos Urbanos de la CORDESAN.
Los locatarios Por su parte, los locatarios ya saben cuánto aportan a la contaminación del medio ambiente mediante las entregas de boletas anuales de luz, agua, combustible y medición de residuos a Greenticket. “Nosotros nos certificamos, pero no hemos recibido una propuesta”, dice Jose Barraza, administrador del Café Melinka. “Si tuviéramos que bajar las emisiones de gases contaminantes, pondríamos quizás ampolletas de ahorro de energía o la separación de residuos”, agrega Barraza.
En cuanto a la adhesión al proyecto por parte del Café del Museo de Artes Visuales, su administradora, Francisca Bórquez, agrega: “Realmente es un aspecto fundamental para la sociedad, además en el centro de Santiago es un aporte significativo en cuanto a la calidad de vida y las áreas verdes, debido a que estamos al lado del Parque Forestal y se potencia mucho”.
Los locatarios además de las ventajas económicas que les pueda traer esta propuesta, ven en ella un avance en la calidad de vida de las personas que circulan y viven en estos sectores.
La segunda etapa del proyecto, que no está financiada, contempla que los empresarios de estos locales viendo como contribuyen al efecto invernadero, busquen maneras para disminuir la emisión de gases contaminantes. “Lo que viene es el plan de medidas de mitigación y una fuerte campaña de sensibilización al consumidor final para que elijan estos lugares y sepan de lo que se trata”, dice Masbernat de la Cordesan.
De esta manera y replicando este piloto en otras partes del país, el Estado chileno podría estar más cerca de cumplir el acuerdo que hizo en la convención de cambio climático en Copenhagen en 2010, en donde se comprometió a disminuir en un 20% su huella de carbono para 2020.
Por Jorge Jiménez Estudiante en el último año de Periodismo en la Pontificia Universidad Católica de Chile, minor en Ciencias Exactas y Naturales. Interesado en temas relacionados con la Ciencia, Ecología y Sustentabilidad.