El Banco Central Europeo (BCE) dejará mañana probablemente inalterados los tipos de interés en la zona del euro en un momento en que esta divisa se aprecia por las expectativas de que la Reserva Federal estadounidense (Fed) aplicará nuevas medidas de expansión monetaria cuantitativa.
En los pronunciamientos de estos últimos días, los analistas financieros coinciden en que el banco emisor europeo mantendrá su tasa rectora en el 1%.
Eso significa que el BCE no seguirá los pasos del Banco de Japón (BoJ), que ayer decidió bajar los tipos de interés hasta prácticamente cero (un rango entre el 0 y el 0,1%), como en los años entre 2000 y 2006, para combatir la deflación e impulsar la actividad económica nipona.
Las expectativas puestas en la Fed y la decisión de Banco de Japón han contribuido a depreciar el dólar y el yen, lo que favorecerá las exportaciones estadounidenses y japonesas.
Sin embargo, la apreciación del euro frente a otras divisas podría perjudicar las exportaciones y competitividad europeas y la lenta recuperación económica en marcha.
Por ello, los dirigentes económicos de la eurozona, entre ellos el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, han pedido al primer ministro chino, Wen Jiabao, que cumpla su compromiso de junio de permitir una apreciación del yuan para reducir desequilibrios comerciales y contribuir al crecimiento económico global.
En las presentes circunstancias, la mayor parte de los analistas prevé que el BCE mantendrá el precio del dinero en el 1% hasta, como mínimo, octubre del año próximo.
Mientras, la entidad monetaria europea comenzará a limitar la liquidez a los bancos comerciales a comienzos del próximo año, tal y como enfatizaron varios miembros del consejo de gobierno la semana pasada, entre ellos el economista jefe del BCE, Jürgen Stark, y el gobernador del Banco Central de Luxemburgo, Yves Mersch.
No obstante, algunos expertos cuestionan que pueda hacerlo dada la dependencia que tienen muchos bancos de las facilidades de financiación puestas en marcha por el BCE, algo sobre lo que ya advirtió la propia entidad en su último informe sobre la estabilidad del sector bancario.
Dejar en el sistema las ingentes cantidades de liquidez que el BCE ha inyectado desde la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, podría gestar una nueva crisis, como dijo el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, sin olvidar que la economía, aunque ha mejorado, todavía es frágil.
(fuente:efe)