
«El Beso», la obra más famosa de Gustav Klimt, ha enamorado al mundo por más de un siglo. Su brillo dorado, la intensidad del abrazo, los detalles llenos de vida… todo parece gritar amor. Pero, ¿y si detrás de tanta belleza hubiera algo que casi nadie ha notado?
Un estudio reciente de la Universidad de Corea del Sur propone una teoría inesperada: Klimt pudo haber escondido símbolos relacionados con la biología, como si nos hablara no solo del amor romántico, sino también del vínculo que tenemos con la vida misma.
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¿Qué hay detrás de «El Beso»?
A simple vista, la pintura retrata ese instante perfecto de intimidad entre dos personas. Pero los investigadores llaman la atención sobre ciertos detalles, como unos círculos rojos en el fondo que, dicen, podrían representar glóbulos rojos, símbolo de vida, fertilidad y energía vital.
Y no suena tan descabellado si recordamos que Klimt vivía en una época fascinada por la ciencia. La medicina y la biología eran temas que estaban en boca de todos, y él podría haber dejado que esa influencia se colara en su arte.
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La inspiración que lo rodeaba
Klimt pintó «El Beso» entre 1907 y 1908, durante su famoso periodo dorado. Se inspiró en los mosaicos bizantinos que vio en la Basílica de San Vital, en Rávena, y por eso usó pan de oro y formas geométricas que hacen que la obra brille como ninguna otra.
Pero más allá de la técnica, Klimt también se movía en círculos llenos de intelectuales. Uno de sus amigos era Karl Landsteiner, el hombre que descubrió los grupos sanguíneos. ¿Habrá sido esa amistad la chispa que lo llevó a combinar arte y anatomía?
¿Amor o poder? Otra forma de mirar
Mientras muchos vemos en «El Beso» una escena de amor profundo, hay quienes interpretan la posición de la pareja de otra forma. El hombre sujeta a la mujer por la cabeza y el cuello, mientras ella cierra los ojos y se deja llevar.
¿Entrega total o vulnerabilidad? Esta ambigüedad ha generado muchas lecturas: desde la imagen de una unión eterna hasta una reflexión sobre las dinámicas de poder en las relaciones humanas.
Una obra, mil significados
Tal vez ahí esté el verdadero encanto de «El Beso»: que nunca se termina de entender del todo. Cada vez que lo miras, descubres algo nuevo. Klimt logró capturar amor, deseo, ciencia y misterio en una sola imagen.
¿Y tú qué ves cuando lo miras? ¿Te transmite pasión? ¿O notas esos detalles ocultos que quizá nadie más vio?
Déjanos tus ideas en los comentarios y comparte este artículo con quienes también disfrutan del arte. Nunca sabes qué nueva interpretación puede surgir.
¿Dónde puedes ver «El Beso» en vivo?
Si quieres experimentar esta obra en persona, el original está en el Museo Belvedere de Viena, Austria. Si eres amante del arte, es una visita que no te puedes perder.
