Kiss me deadly (Robert Aldrich, 1955. EEUU): importante y cruda adaptación que supone uno de los últimos estertores, acorde con los paranoicos tiempos del pavor a lo nuclear, del género criminal puro americano, con una puesta en escena (esa conocida apertura) y una fotografía top pero cuya historia va perdiendo algo de fuelle e interés a lo largo del metraje, llegando a confundir pero también remontando el vuelo en unas últimas imágenes de verdadera antología. Una de esas películas que hacen que su autor tuviera un valor incomprensiblemente desconocido hace décadas. Tarantino homenajearía el recurso del contenido de la caja misteriosa en su famosa Pulp fiction.