Revista Arquitectura

El bienestar en el hogar y la eficiencia energética

Por Luissantalla

A principios de los años 90 se hablaba de la incapacidad de un hogar de obtener una cantidad adecuada de servicios de la energía por el 10% de la renta disponible, en concreto hablaba sobre este concepto la señora Brenda Boardman, y se viene a traducir por “pobreza energética”, que cada vez es más acusada y difundida.  Aunque seamos capaces de perder menos energía con nuevas y más caras soluciones constructivas, no concluimos satisfactoriamente si los precios del kW evolucionan como el bitcoin…

Cada vez más los suministradores son más conscientes de ello y plantean soluciones y posibilidades para adaptarse a todos los consumidores, ya que la falta de instalaciones apropiadas y el poco aprovechamiento que hacen la gran mayoría de las viviendas existentes, han provocado muchas muertes, a las que achacan la pobreza energética como principal motivo (7.200 en los últimos años, cada año, según la Organización Mundial de la Salud).

Cuando nos decantamos, por ejemplo por una instalación de gas naturaldebemos de conocer que, además de estar adquiriendo un sistema relativamente barato (a 5 céntimos de euro el kW) y con unos costes de instalación muy baratos, en comparación con otro sistemas más complejos, en todo caso debemos de tener nuestra vivienda lo mejor aislada posible, para evitar pérdidas innecesarias, y por tanto “tirar el dinero”.

Las calderas de gas de 18 – 20 KW rondan los 1.000 – 1.500 € y son suficientes para un hogar medio, un precio muy competitivo frente a otras instalaciones. Insistentemente tengo que volver a decir que un gasto inicial bajo, requiere de una buena configuración de los cerramientos para evitar pérdidas en la envolvente, y por tanto tener un gasto de mantenimiento y de consumo más ajustado, por lo que además de invertir en la instalación, hay que invertir en aislamiento térmico y ventilación, sobre todo en la recuperación de calor.

El bienestar en el hogar y la eficiencia energética

Tenemos que tener en cuenta que el segundo gasto en una vivienda, por delante del agua caliente, son los electrodomésticos (el mayor gasto es de calefacción). Generalmente no sabemos cuanto consume nuestra nevera, o nuestra televisión en standby, pero son gastos muy importantes y sostenidos a lo largo del mes, y a lo largo del año. He escuchado que el standby de una tv gasta más que un horno una vez a la semana… eso ya dependerá de los gustos cocinando de cada uno, pero los aparatos en standby si que suponen, según la OCU, el 2% del gasto de una vivienda.

Es vital conocer nuestro propio hogar, pararse a pensar en aquello que tenemos instalado y echar números, conocer su eficiencia energética y acudir a aquellos técnicos que nos puedan asesorar para evitar gastos por malentendidos o por fiarse de anuncios de bocas sonrientes. La salud de nuestra vivienda, y por tanto la nuestra, pasa por su regularización y por su control de consumo, lo que repercutirá beneficiosamente en nuestros bolsillos y en nuestra calidad de vida.

No hace falta decir que si mantenemos nuestra casa caliente y renovamos eficientemente el aire interior vamos a tener una atmósfera más gratificante y saludable, respiraremos y dormiremos mejor.

Bibliografía


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