
Una profesora de español para extranjeros que vive en Costa Rica es contratada por el miembro más alocado de una pareja gay de Miami como regalo inesperado. De manera que, ya en la primera escena, tenemos a los protagonistas en una escena autoexplicativa que nos dice de qué va la historia y cómo va a ser narrada. Por razones muy parecidas comprendemos de inmediato que la historia que cuenta Language lessons (2021) transitará obligatoriamente por un género trillado, así que no esperaremos sorpresas por ese lado. Una vez aceptado esto, es fácil dejarse llevar por la anécdota entre triste, divertida y alocada que intercala las lecciones y unas cuantas conversaciones asíncronas --inapropiadas, reveladoras, anticipatorias--, las mismas con las que parece que el planeta se siente tan a gusto últimamente.
Así que estamos ante un filme original, inteligente, sencillo, transparente que, sin duda, en el momento de su distribución, fue recibida como otro producto de ficción resultado de un parón mundial obligado y que algunos --como Morales-- superaron a base de imaginación. Language lessons insufla algo de optimismo al comprobar que, de aquellos días monótonos y extraños --sobre todo a medida que se alejan en el tiempo--, pudo surgir algo inteligente, divertido, nuevo y sensible. Para quienes la revisen con años de distancia, siempre quedará la originalidad formal para compensar esa significación coyuntural perdida.