La semana pasada se anunciaba a bombo y platillo: casi se confirma la existencia del bosón de Higgs. Y digo “casi” porque en ciencia nunca podemos estar seguros al cien por cien de algo. La ciencia es cambiante y evoluciona. Pero no voy a explicarles aquí qué es el bosón de Higgs, eso ya lo han hecho muy bien en numerosos sitios, sino que voy a hacer una reflexión sobre lo que significa esta casi confirmación (me niego a llamar descubrimiento a algo que ya estaba ahí antes, es como hablar del descubrimiento de América, que ya estaba más que descubierta por sus habitantes antes de que llegara Colón).
El Modelo Estándar de la Física de Partículas presupone la existencia de este bosón, que explicaría por qué existe la masa… Pero es tan pequeño y vive tan poco tiempo que no había manera de verlo. Para poder “acorralar” a esta escurridiza partícula ha sido necesario desarrollar una tecnología sin precedentes, como es el LHC (el gran colisionador de hadrones). A lo que iba. ¿Se dan cuenta de lo emocionante que tiene que ser para alguien que ha propuesto una teoría de este calibre, poder confirmarla en vida? La ciencia avanza a pasos agigantados. En cien años (un suspiro, si se paran a pensar) hemos pasado a saber cosas que hubiese sido impensable imaginar. Peter Higgs ha sido testigo de la casi confirmación de su tesis sobre la existencia de este bosón, realizada en los años 60. El día de la presentación de los resultados todo era pura emoción. El trabajo que hay detrás de todo esto el sólo el principio de una nueva era de investigaciones y de más desarrollo tecnológico.
Y mientras, algunos de los españoles que han participado en el proyecto, están a punto de quedarse en la calle. Mi reflexión es la de siempre (pensarán que soy una cansina, seguro). En la construcción del LHC participaron más de 35 empresas españolas en ingeniería civil, eléctrica y mecánica; empresas de tecnologías de vacío y baja temperatura, electrónica y servicios. Somos buenos. Tenemos retorno. Pero cuando intentamos explicar que el cambio de modelo productivo pasa por invertir más en ciencia y tecnología, algunos se ríen y dicen “¿el bosón de qué?”… Me pregunto si alguien le soltaría a Einstein “¿la teoría de la “relativi” qué?”. No sé. A veces pienso que somos unos CERNutrios (guiño).
Por cierto: algunos amantes de la ciencia salieron a la calle con banderas españolas gritando “YO SOY UN BOSÓN, UN BOSÓN, UN BOSÓN”… (¿verdad o leyenda urbana?). (Suspiro, que hoy estoy romántica).
